Luis Enrique era un cadáver en el Camp Nou. Los pesos pesado del Barcelona bajaron el pulgar y Josep Maria Bartomeu ejecutó la decisión: el asturiano está fuera.
Se dijo hace justo un año y se vuelve a escuchar ahora. Los palos dentro del Barça a Luis Enrique no arrecian.
El técnico ha perdido ascendencia en el vestuario azulgrana. Sus experimentos no gustan a nadie y la plantilla no sabe a qué juega el técnico. Desde la directiva le han pedido a Lucho que tape las nuevas gritas con los capos, pues en el último mes han sido varios los flamantes episodios que han marcado el distanciamiento entre técnico y algunos pesos pesados del vestuario hasta la ruptura final. Futbolistas como Messi, Suárez, Busquets, Iniesta y, muy especialmente, Piqué han presionado para cargarse a un técnico al que han apuñalado por la espalda. Nunca de cara.
El ‘triplete’ que curó penas y trajo alegrías es agua pasada. La plantilla se defiende: ‘Lucho’ no está capacitado para liderar el Barça en la adversidad.