Las redes sociales especializadas en los aspectos profesionales, como Linkedln, ofrecen a los demandantes de empleo nuevas herramientas que les permiten entrar en contacto con los profesionales de su sector y, de esta forma, facilitar la búsqueda de un puesto de trabajo. Pero el nivel de responsabilidad que debe acompañar a la utilización de las redes sociales no siempre es evidente, en buena medida porque se trata de un nuevo instrumento al que nos tenemos que ir acostumbrando, y hay ocasiones en que se comenten toda una serie de equivocaciones a la hora de construir una red de contactos que pueden acabar por resultar contraproducentes.
El primero de ellos es el dedicarse a añadir contacto tras contacto, pero sin estrategia determinada alguna. Es algo así como cuando empezó Facebook y parecía que todo el mundo quería batir el record de contactos y luego tuvo que deshacerse de muchos de ellos. Pues bien, tener una gran colección de amigos en las redes sociales profesionales no hace más que multiplicar los perfiles en línea en todas ellas, pero nada más. En muchas ocasiones, eso resta visibilidad al perfil propio. Es mucho más eficaz estar en una sola red y con una presencia específica en los sitios que mejor se adecúan al perfil profesional de cada uno que agregar contactos y más contactos que no sirven de mucho. Cuando uno está presente por todas partes y carece de estrategia alguna, corre el riesgo de perder el tiempo… y el dinero si es una red social de pago. Lo inteligente es personalizar las peticiones de contacto que se realicen, de acuerdo con los intereses particulares de cada uno.
Una vez creado el perfil viene el segundo error, que no es otro que el olvidarse de mantenerlo siempre actualizado. Conviene poner regularmente al día los perfiles profesionales, sobre todo si uno tiene un nuevo puesto de trabajo, una nueva experiencia. También hay que prestar atención a los distintos currículums que uno tiene colgados en la red. Muchas veces, los profesionales de la contratación de personal verifican en las redes sociales las informaciones de que disponen sobre los posibles candidatos a un puesto de trabajo, con el fin de detectar incoherencias, vacíos u omisiones en el CV como, por ejemplo, periodos en paro. También contrastan los datos y todo lo referente a los estudios y diplomas que uno de verdad ha conseguido.
El tercer error consiste en tener colgadas palabras o imágenes impropias. No hay que olvidar que todo lo que uno ha subido a la red puede ser visto por quien ofrece un puesto de trabajo. Por ello hay que evitar denigrar o difamar a nadie en internet porque ese tipo de cosas pueden arruinar las posibilidades profesionales de cualquiera. Por ello, en la red conviene comportarse de la misma forma en que lo haría uno en sociedad, esto es, respetando las reglas de la convivencia y del saber estar. Todo lo que hagamos en la red debe constituirse en algo que hable bien de nosotros, no en algo que se pueda volver en contra nuestra.
El siguiente error, una vez creado el perfil en la red social, es sentarse a esperar a que suene el teléfono. La creación de un perfil no es una panacea ni una solución milagrosa al problema de encontrar un empleo. En las redes hay que permanecer activos y ampliar constantemente el círculo de contactos, por supuesto siempre con una estrategia en mente. Lo normal es que empecemos a construir nuestra red por el circulo de personas más próximas a nosotros, como son nuestra familia, nuestros amigos y nuestros allegados. Después puede extenderse cada vez más a quienes son, o han sido, compañeros de trabajo o a personas que hemos conocido durante nuestros años de estudiante. Pero hay que tener en cuenta que en una red se trabaja de acuerdo a un principio muy simple: el intercambio. Si uno está dispuesto a responder a las solicitudes de su red, ésta siempre estará más inclinada a hacerlo también cuando uno tenga necesidad de ella.
El último error es el de descuidar la red de contactos en la vida real. La red que uno construye en internet, en definitiva, no es otra cosa que la prolongación de la red que uno tiene en la vida real. Los intercambios virtuales, por ello, deben concretarse en encuentros reales. Es la mejor forma de establecer relaciones profesionales duraderas. Y, por supuesto, no se olvide nunca de acudir a aquellos sitios donde pueda conocer a gente nueva.
