El 65% de este colectivo no pueden permitirse aumentar su cotización

La pensión de un autónomo, la mitad que la de un trabajador por cuenta ajena

El Estudio de la UB y VidaCaixa sobre pymes y autónomos alerta de la desprotección de este colectivo ante la jubilación

La pensión de un autónomo, la mitad que la de un trabajador por cuenta ajena
Empresario, autónomo. PD

La irrupción de nuevos trabajadores por cuenta propia ha generado más de 100.000 nuevos cotizantes y más empleo que ninguna gran empresa por sí sola. En España, el porcentaje de trabajadores por cuenta propia se sitúa en el 16,7% por encima de la media europea que está en el 14,3%.

El emprendimiento se aprecia como una buena opción laboral, si bien la necesidad de crear microempresas podría responder a la imposibilidad de conseguir un empleo.

Dos tercios de los autónomos son hombres, la mitad tienen entre 40 y 54 años, más del 90% son españoles y más de la mitad tienen más de 6 años de experiencia.

Dice el estudios de la Universidad de Barcelona y VidaCaixa, en este sentido, que la importancia de la base de cotización para una jubilación adecuada es primordial para asegurar un buena jubilación para este colectivo y destaca que cotizar por la base mínima conlleva una pensión pública más reducida. Los trabajadores del régimen general lo hacen en función de su retribución, un aspecto que se contrapone con el de los autónomos, en el que más del 85% cotizan por la base mínima. Este dato implicaría que su pensión no superaría los 635 euros al mes, casi la mitad de la pensión media de un trabajador por cuenta ajena que se sitúa en los 1.155 euros.

Uno de los principales motivos para optar por la base mínima es que el 65% de los trabajadores no pueden permitirse aumentar su cotización. De hecho, solo cotizan la base máxima el 16,7% mientras que más de la mitad lo hacen por la base mínima.

Además, un 25% de los que cotizan por la base mínima lo justifican porque no confían en el sistema público de pensiones. Esta desconfianza se une a la inquietud de que las pensiones públicas no estén garantizadas cuando se jubilen, al temor de que sean muy bajas, y a que los posibles cambios legislativos reduzcan el importe de las mismas.

Los emprendedores, además de ser conscientes de todos los riesgos que rodean a su actividad empresarial y de los posibles efectos sobre el bienestar de sus familias, en un 78% se sienten más vulnerables frente a la jubilación que los trabajadores por cuenta ajena. El 35% de los autónomos afirman que su negocio apenas les permite llegar a fin de mes y el 61,9% defienden que para cotizar la base máxima es necesario tener una buena facturación.

En cuanto a la complementariedad de la pensión pública el estudio asegura que cuatro de cada cinco trabajadores por cuenta propia desconocen el importe aproximado que cobrarán cuando se jubilen.

«En un entorno en el que la base de cotización mínima es la más frecuente junto con las dificultades de poderla ampliar, el 43,3% de los trabajadores por cuenta propia no utiliza ningún instrumento de ahorro o de previsión para complementar su futura pensión pública».

A su vez, el 52,6% de los que complementan la pensión pública lo hacen con productos financieros de ahorro o inversión, el 27,5% con inmuebles y el 19,9% restante con ambos tipos de instrumentos. Los que tienen productos financieros para complementar la pensión lo hacen mayoritariamente sin ninguna planificación, ahorrando cuando pueden, y con el objetivo de tener algo adicional cuando se jubilen.

LA IMPORTANCIA DE LA PREVISIÓN

El estudio alerta de la importancia de que los trabajadores por cuenta propia revisen sus pólizas de seguros en general e integren en sus costes corrientes las coberturas por los riesgos que asumen, así como la previsión y el ahorro para la jubilación. La protección de la jubilación es uno de los elementos clave en la comprensión del mapa de riesgos, porque afecta a la seguridad de ingresos futuros.

La Universidad de Barcelona y VidaCaixa hacen una serie de recomendaciones «porque emprender la jubilación comporta pensar en el futuro». Para ello se proponen una serie de medidas para garantizar los ingresos necesarios y concienciar sobre una planificación necesaria.

1. Informar de la futura pensión pública. No es posible una adecuada planificación sin ningún análisis de lo que se espera cobrar como prestación.

2. Reconocer la gran heterogeneidad de los trabajadores por cuenta propia y elaborar guías acorde con cada tipología del autónomo. No parece que una norma única para todos sea lo más adecuado.

3. Aprovechar la oportunidad que se brinda al autónomo de permitirle poder decidir cuál debe ser su base de cotización frente a la obligatoriedad que se le exige al trabajador por cuenta ajena. Deben entender dicha oportunidad como una opción más a la hora de tomar decisiones en su negocio y no como una vulnerabilidad respecto a los trabajadores por cuenta ajena.

4. Complementar la pensión pública de jubilación con otros mecanismos de ahorro e inversión a largo plazo.

5. Establecer un marco normativo estable respecto a la normativa y la fiscalidad que afecta a la jubilación. Crear confianza sobre la sostenibilidad del sistema público y la solvencia de las entidades que garantizan el sistema complementario. Un marco estable permite una adecuada previsión de cuáles son las perspectivas de la jubilación a un horizonte largo.

6. Planificar la propia jubilación en los gastos corrientes del negocio.

7. Informar a todos los autónomos de las opciones de elección sobre sus bases de cotización y resto de prestaciones de forma que sean conscientes de los riesgos que asumen al ser ellos mismos quienes toman las decisiones sobre su jubilación futura.

8. Reconocer a los autónomos como emprendedores y pequeños empresarios, motores de la economía y generadores de empleo, en particular cuando crean puestos de trabajo, apoyando con medidas significativas su actividad.

9. Explorar la viabilidad y efectividad de nuevas iniciativas para promover el ahorro para la jubilación en los trabajadores por cuenta propia.

10. Fomentar y educar a los autónomos y, en especial a los jóvenes, en la cultura del emprendimiento, atendiendo a una combinación entre riesgo empresarial y prevención de pérdidas, así como en el corto y el largo.

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Autor

Emilio González

Emilio González, profesor de economía española, europea y mundial en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Autónoma de Madrid.

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