(PD).- La patronal leonesa (FELE) ha elegido al promotor inmobiliario y constructor Santos Llamas mejor empresario del año. Nada que objetar sino todo lo contrario. Con Santos Llamas y con un puñado de compañeros del sector, la construcción leonesa entró en el siglo XXI.
Santos Llamas ha aportado a un sector siempre polémico y anclado en la eterna sospecha especulativa un cierto aire renovador y moderno basado en una buena imagen, en unos modos cercanos y amables y en un comportamiento más próximo al ciudadano.
Es de los pocos constructores que creen en la comunicación y que ni huyen ni invitan a cenar marisco cada vez que se le acerca un periodista.
Es uno de los inventores de la sociedad Agelco, una especie de lobby de constructores y hasta cierto punto un oligopolio que ha logrado, eso sí con la complicidad necesaria de Caja España, cuyo presidente es uno de los constructores asociados para la ocasión, que la inmensa mayoría del suelo disponible en León sea para los empresarios leoneses, limitando mucho las iniciativas de las grandes inmobilarias nacionales y llegando a acuerdos de autorregulación allí donde no ha habido más remedio para no hundir del todo el mercado.
Es posible que el consumidor último no se haya podido beneficiar de la competencia salvaje que existe en otras ciudades, pero se ha logrado un sector de la Construcción pujante y convertido en la casi única locomotora de la débil economía leonesa.
Siempre sonriente y con el sentido común que da el haber nacido en el pueblo de Cea, a la sombra de un imponente castillo medieval, Santos Llamas es la cara amable de la Construcción leonesa y, además, un innovador puesto que de él ha salido la estrategia de la diversificación del negocio.
El es presidente de la compañía aérea local Lagun Air, comprada a buen precio en pleno proceso de liquidación y ahora convertida en santo y seña del cada vez mejor dotado aeropuerto de León, que hasta logra competir con ventaja con el de Valladolid. Eso sí, no hay que olvidar el espaldarazo que dio a esta operación el mismísimo Zapatero.
Que un empresario de derechas haya simpatizado tan bien con un político de izquierdas, como Zapatero, no deja de ser otra novedad en la clase empresarial, en la que, por cierto, el verdadero poder fáctico es el propio Llamas en colaboración con otro pujante y joven empresario, Ignacio Tejera, quienes han jubilado virtualmente a Elías Lobato en las playas marbellíes.
Y es también Santos Llamas el rostro humano de la Construcción con la puesta en marcha de la Fundación Carriegos, que atiende a niños disminuidos. Hoy en León no se es nadie ni nada si no se colabora con la Fundación Carriegos. Otro milagro del empresario del año.
