A la espera del «final feliz» prometido por Zapatero en la OPA de Endesa, el presidente de Iberdrola se postula como el piloto de un gran grupo español alternativo a E.ON y tiende lazos a la Caixa y a Florentino Pérez.
Endesa, líder del sector energético español, no sólo no va a formar parte de un campeón nacional como deseaba Zapatero, sino que va a caer en manos alemanas.
El Gobierno no ha podido evitarlo por la fallida gestión del ya ex ministro de Industria, José Montilla, impulsando la fracasada OPA hostil de la Caixa.
Y también por la agresividad sin precedentes de la Comisión Europea, que suele ser más firme en defensa de la legalidad contra países como España que contra otros de más peso.
La rendición y patinazo gubernamental provoca además otro efecto: los grandes grupos extranjeros saben que en el mercado español sí es posible hacerse con empresas energéticas.
Así que el sector hierve, como podía apreciarse ayer en los corrillos de la toma de posesión de Joan Clos. Allí estaba, entre otros, el presidente de Gas Natural, Salvador Gabarró, cortejando al hombre del momento, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán.
Éste ultima un nuevo plan estratégico para la compañía y puede ser el timonel de un gran grupo energético español que pueda intentar hacer frente a E.ON en la Península si dan resultado los flirteos en curso. Sánchez Galán (Salamanca, 1950) es ingeniero industrial y era consejero delegado de Airtel a los 45 años.
Aún se jacta de su osadía en la pasada década de ser el primero en plantar cara a Telefónica en España y en vender Airtel a Vodafone a un precio espectacular. Ya en Iberdrola, Galán aceptó en agosto de 2005 un pacto con la Caixa para repartirse Endesa a espaldas de su presidente, Manuel Pizarro. Esa operación ha salido mal, pero Galán parece tener más bazas que sus rivales para salir adelante.
El presidente de la Caixa, Ricardo Fornesa, se muestra dispuesto a intentar una fusión amistosa de Gas Natural con Iberdrola en la que Galán tenga los máximos poderes ejecutivos al descartarse que Repsol YPF entre en la operación.
Galán admite que Iberdrola tendría peso en el sector eléctrico mundial aliado a Gas Natural. Pero sostiene que si convierte su empresa en petrolera terminará en el futuro engullida por falta de tamaño. De hecho, el presidente de Repsol YPF, Antoni Brufau, está intentando captar socios extranjeros que ayuden a la Caixa en un núcleo duro estable de accionistas que hagan a la petrolera menos vulnerable.
