El ex contable de Afinsa implica en una carta a un socio de Cuatrecasas

La famosa carta que Emilio Ballester, ex director de Contabilidad de Afinsa e imputado en el procedimiento penal, envió al presidente de la empresa filatélica en mayo de 2004 presentando su dimisión, hace unos comentarios que implican al segundo despacho de abogados de España.

Cuenta Cristina Caballero en El Economista que la misiva, a la que ha tenido acceso íntegramente este periódico, Ballester, en un tono amargo y con cierta indignación escribe: «Lamentablemente Tomás, después de dos meses de recibir a todo nivel de detalle la información de cómo ‘funciona’ Afinsa, no lo llega a entender y se permite juicios gratuitos, como ya sabes, de cómo se han de cuadrar las cuentas (bueno, creo que está muy lejos todavía de definir cómo se han de ‘cuadrar’ las cuentas de forma distinta a como se está haciendo en la actualidad)».

La persona a la que se refiere Ballester es Tomás Olalde, socio de Cuatrecasas y responsable del departamento de Fiscalidad General, según reconocieron ayer fuentes del despacho de abogados a este periódico. «Es cierto que se trata de Tomás Olalde, abogado de Cuatrecasas», explicaron las fuentes mencionadas. «Fue contratado por Afinsa exclusivamente para defenderla ante la Agencia Tributaria en la inspección que ésta estaba llevando a cabo, y que ha provocado el procedimiento penal».

Tomás Olalde fue nombrado consejero externo de Afinsa, y a partir de entonces asistía a la mayoría de las reuniones del Consejo de Administración, según aseguraron ayer fuentes de la filatélica.

Sin beneficio

En la carta, Ballester reconoce que en Afinsa no existe el beneficio, «pero cuando se forma, se puede explicar a terceros y sobre el que nadie ha dudado hasta la fecha».

Líneas más abajo, el ex director de Contabilidad sigue quejándose amargamente ante el presidente de Afinsa de que ha quedado relegado injustamente, y vuelve a mencionar a Tomás Olalde: «Yo te invito a que sean formuladas [las cuentas] por él, o su equipo, y veamos qué pasa, y no solamente eso, sino que con los productos que comercializamos, y me atrevería a decir con los que vendamos en el futuro, cómo se van a resolver «todos» los problemas que hasta la fecha implican las derivadas económicas y financieras de nuestra actividad».

Ballester dimitió tras aquella misiva, y en Afinsa no se volvió a contratar a ningún responsable de Contabilidad.

Pocos meses después, en octubre de 2004, en Afinsa se tomó la decisión de solicitar un informe a la consultora KMPG sobre la naturaleza de los contratos con los clientes. La consultora no dudó en calificarlos de financieros, pero se siguieron considerando mercantiles como hasta entonces. Ese año, se volvieron a aprobar las cuentas, esta vez sin la firma de Ballester, ya fuera de la empresa.

El año siguiente, en 2005, el Banco de Inversión estadounidense Oppenheimer inició un exhaustivo informe sobre Escala Group, filial de Afinsa.

El informe, de 32 páginas e incluido en las diligencias de la Fiscalía Anticorrupción, detalla el viaje que hicieron los analistas a Madrid para reunirse con directivos de Afinsa y hablar sobre la actividad filatélica, de la que Oppenheimer tenía dudas. En ese viaje, los analistas se reunieron primero con el presidente, Juan Antonio Cano, y en segundo lugar con Tomás Olalde como asesor fiscal de Afinsa.

El socio de Cuatrecasas explicó a los expertos de Oppenheimer que Afinsa no era ni estaba regulada como una empresa financiera, sino que su actividad era mercantil, tal y como consta en el informe.

También afirmó que hasta entonces, no se había recibido ninguna advertencia ni quejas de las autoridades regulatorias.

Consulta a Tributos

En esos momentos, ya había habido una consulta de Afinsa a la Dirección General de Tributos para saber la opinión de este organismo respecto a la naturaleza de los contratos de la empresa. Tributos, dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda, contestó que eran financieros.

La inspección de Hacienda continuaba. En 2005, la inspectora María Teresa Yábar terminó su informe y fue enviado a Anticorrupción, lo que motivó la querella. Hasta ahora, están imputados el presidente, Juan Antonio Cano Cuevas, el fundador, Albertino de Figueiredo y su hijo Carlos, Vicente Martín Peña, director gerente, el auditor, Francisco Blázquez, y el ex director de Contabilidad Emilio Ballester, autor de la carta que encabeza este artículo. Cuatrecasas defiende penalmente a algunos ex directivos.

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