Afinsa supera la magia de Harry Potter

Ni en la mejor entrega de los best seller de Harry Potter a los que nos tiene acostumbrada la escritora J.K. Rowling hay tanta magia concentrada como la que Afinsa ha hecho gala al dar valor a sus sellos.

Escribe Concha Rubio que «por arte de magia potagia y con la resultona frase de abra cadabra pata de cabra», los sellos de Afinsa apilados en cajas en garajes, pasillos y mojados en alguna inundación que otra, cobraban un valor estratosférico cuando el cliente, ¡zas!, los compraba.

Y es que, como dice la Fiscalía en su informe, resulta llamativo que los sellos que con tanto esmero decía Afinsa que se encontraban custodiados en cámaras de seguridad, con exquisitas condiciones de temperatura, y humedad, estuvieran justo antes de la adjudicación a los clientes en condiciones tan lamentables.

Ahí va para los puristas, afinseros y demás incrédulos, una perla de que lo dicho no es invención. Así lo reconocía el propio responsable de los contratos de inversión e imputado, Vicente Martín Peña, en uno de esos famosos Confidenciales (de 21 de junio de 2003) de los que la dirección de Afinsa era tan forofa. “Detectamos carencias graves en su organización y control (…) tenemos un preocupante problema de espacio: los envíos de los proveedores se agolpan en los pasillos y zonas de paso, fuera de las cámaras especialmente diseñadas, que están al límite de su capacidad”.

Algo que también detectó, y no necesitó lupa alguna, Audalia Consultores. En un informe reflejó la escena: “pasillos que no están libres de obstáculos, almacenamiento en la parte superior de los armarios, estanterías dobladas por el peso, cámaras abiertas, etcétera.”

Magia de la buena hacía también el proveedor de Afinsa, Lázaro Guijarro, adjudicando a sus clientes a precio de oro sellos que sólo valían entre el 2,5% y el 3% de lo que reconocían los catálogos. Afinsa requirió al experto filatélico Steve Washburne un informe para valorar los 40.000 sellos de Guijarro.

“Identificó numerosos sellos falsos, además de abundantes reimpresiones de valor ínfimo, sellos dudosos y otros que manifiesta no conocer bien pero que comparados con cualquier sello original presentan unas diferencias que no tiene que haber, sobre todo en cuanto a diseño y papel”, según el informe de la Fiscalía. Vamos que debían ser los cromos del Bollycao lo que Guijarro colocó a Afinsa, y no precisamente por puerta trasera.

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