El oro se dispara y los analistas hablan ya de 1.000 dólares por onza

(PD/Agencias).- El análisis técnico, con todas sus imperfecciones, sigue siendo la mejor herramienta para tomar decisiones de inversión; y cuando da señales de compra tan claras como la que ofreció para el oro con la superación de los 650 dólares a principios de mes, es mejor hacerle caso. Si sale mal siempre habrá un stop loss; pero lo más probable es que salga bien y si lo hace, las ganancias pueden ser enormes.

Lo decimos porque en Wall Street los alcistas en el oro, que llevaban meses escondidos durante la corrección del metal, han salido a gritar a los cuatro vientos la buena nueva; no en vano, el metal se ha disparado por encima de los 680 dólares en los últimos días y apunta decididamente a la resistencia de 700. Algunos de ellos vuelven a hablar sin tapujos de un oro a 1.000 dólares por onza.

Como siempre, hay que buscar justificaciones para un ‘rally’ que tenía que llegar más temprano que tarde. Esta vez ha sido el mal dato de IPC de enero en EEUU, conocido el miércoles, que pone en entredicho las benignas previsiones de la Reserva Federal. Como es sabido, el oro tiene el papel tradicional de refugio contra la inflación, y se supone que el empeoramiento de las expectativas de precios ha provocado la entrada masiva de dinero en el metal.

Poco importa que los que ahora dicen eso achacaran la superación de los 650 hace unas semanas a la debilidad del dólar; entonces no había temores inflacionistas… y ahora el dólar está subiendo. Pero da igual. Total, son explicaciones a posteriori y no a priori, por lo que se pueden quedar con la que más les guste. Lo importante es que el oro ha retomado con fuerza su tendencia alcista, que ha roto al alza y que puede tener mucho más recorrido por delante.

Además, hay algunos elementos de mercado especialmente alentadores. Kevin Kerr, de MarketWatch, señala el escaso entusiasmo que han dedicado los medios financieros a la escalada del metal, ya que implica que la tendencia no ha hecho más que empezar: cuando todo el mundo habla de una subida y los medios le dedican sus portadas, es que está próxima a su fin (es una variante de la teoría de la opinión contraria: cuando todo el mundo es optimista, es que está comprado y no queda dinero para seguir subiendo).

Otro signo se refiere a las correlaciones: el oro suele moverse en sintonía con otras materias primas, en especial el petróleo; y el crudo ha roto al alza los 60 dólares con la crisis de Irán, con lo que también parece reanudar su tendencia alcista en pos de los máximos históricos de julio.

Ahora bien, esto no va a ser un camino de rosas (¿alguna vez lo es?). Para empezar, la zona de 700-710 dólares supone una formidable resistencia, pues ha frenado anteriores intentos alcistas, y su ruptura no va a ser fácil. Y puede haber detonantes de una corrección, como una mayor calma en Oriente Medio o si la inflación vuelve a moderarse. Pero, a la espera de si llegan o no, el mejor sitio para estar ahora es invertido. Y lo seguirá siendo mientras la tendencia no sea cuestionada por la pérdida de soportes importantes.

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