Amancio Ortega prima a la rama familiar de su segunda mujer

(PD/Agencias).- El hombre más rico de España, Amancio Ortega, está decantándose dentro de Inditex, la matriz de Zara, por la rama familiar de su segunda mujer, a cuyos hermanos también tiene bien situados. Mientras, toman distancia otros que le han ido acompañando en el camino.

Como empresario, Amancio Ortega ha llegado más lejos que ningún otro español de su tiempo y ahora, cada día que pasa, llega más y más lejos, batiendo todas las marcas del dinero, porque su dinero tiene la virtud de saber reproducirse.

Es la octava persona más rica del mundo y cualquiera sabe hasta dónde acelerará en esa nueva Fórmula 1 que ordena la revista Forbes, acaso para disgusto de una persona discreta que sería más feliz si nadie le conociese.

Amancio lleva un tiempo preocupado, pendiente de su futuro.

Y ahí, en esa imagen realmente emotiva, reside parte de su sueño, porque la joven Marta Ortega no sólo es la heredera del imperio Zara, sino que también es la sucesora del empresario más deseado y menos proclive a darse al gran público.

Ella prepara ya el relevo del patrón, que también debe encauzar el futuro de los dos hijos –Sandra y Marcos– que le dio su primera esposa, la también multimillonaria Rosalía Mera, una mujer apasionante, sin complejos y capaz de luchar por ser feliz. Ortega se decanta así por la rama familiar de su segunda mujer, a cuyos hermanos también tiene bien situados, mientras toman distancia otros que le han ido acompañando en el camino.

El hombre más rico de España tiene, sin embargo, otros deberes pendientes, como hacer algo realmente grande por su ciudad, A Coruña: algo que le permita proyectar su manera de ser –sorprenderá a muchos cuando diga públicamente lo que piensa– y de mostrarse como es. Pero lo esencial para él ahora es su relevo, mientras va confiando cada vez más en Pablo Isla como primer ejecutivo de una máquina empresarial de ámbito planetario.

“Es tremendo que el dinero haga a la gente importante”, dijo su primera mujer a Capital hace ahora casi un año. Y visto con perspectiva, aquellas palabras de Rosalía Mera aún adquieren más valor.

Seguro que Marta Ortega sabrá captar el mensaje de quien también sentenció:

“Si no se hubiera roto nuestro matrimonio, yo sería la mujer de…”.

EL APRENDIZAJE DE LA HIJA MENOR

En septiembre, Marta Ortega Pérez será una anónima empleada en alguna de las 445 tiendas de la cadena Bershka, una de las marcas del imperio Inditex.

Cada hora revisará el estado de los estantes para reponer las prendas. Dos veces por semana trabajará desde las 7.30 en la recepción de la mercancía y su posterior clasificación, según se trate de prendas dobladas o colgadas.

Atenderá al público, ajustará prendas, conocerá al detalle la milimétrica organización de un concepto de tienda donde cada detalle ha sido estudiado de antemano, desde el diseño del escaparate hasta la ubicación del frasco de caramelos en la zona de caja. Lo que pasará inadvertido a los clientes será que esa trabajadora será la hija menor del dueño de Inditex.

Así, a pie de obra, comenzará un periodo de aprendizaje que durará varios años. Marta conocerá los entresijos de la empresa. Trabajará en las oficinas de París, Londres y Shanghai. El objetivo será prepararla para que algún día tome el testigo de su padre y se convierta en la persona que gestione la mayor fortuna de España. Esta estrategia dependerá de una última decisión: será ella quien decida si acepta ser la heredera.

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