(PD/Agencias).- El 5 de octubre de 2006 fue un día agitado en la sede del despacho de abogados catalán Cuatrecasas, en el Paseo de Gracia de Barcelona. Ese día, Emilio Cuatrecasas, el presidente y tercer miembro de la saga que fundó en 1917 el bufete, decidió convocar un gabinete de crisis, una reunión excepcional de los socios más importantes y antiguos del despacho que sólo se reúne en ocasiones inusuales.
Lo cuenta Cristrina Caballero en El Economista:
Encima de la mesa tenía un ejemplar de elEconomista, donde se afirmaba que el despacho de abogados estaba implicado en la trama del caso Afinsa-Fórum Filatélico y que la Fiscalía Anticorrupción estaba investigando a uno de sus socios, Tomás Olalde, experto en Fiscalidad.
En la reunión, a la que asistieron, además de Olalde, otros socios de las diferentes áreas de negocio del despacho, se intentó, en un primer momento, contrarrestar la información con una demanda y la exigencia de rectificación.
Entre los partidarios de esta solución estaba Carlos Puig, coordinador del Área de Fiscalidad y un hombre con mucha influencia sobre Emilio Cuatrecasas.
Sin embargo, uno de los abogados también presentes en la reunión puso el dedo en la llaga: «Lo importante es saber si esa información es veraz. ¿Hasta dónde ha llegado la implicación del despacho en el caso Afinsa?»
Muchos de los socios del bufete se escandalizaron entonces al comprobar que sus temores, que habían surgido poco después de saber que el despacho estaba asesorando a empresas como Afinsa y Fórum Filatélico, se hacían realidad: la relación prohibida de Cuatrecasas con las empresas filatélicas era mucho más profunda de lo que nunca debió ser.
El juez Pedraz ha imputado de momento a Tomás Olalde por los mismos delitos cometidos presuntamente por los ex directivos de Afinsa (estafa, administración desleal, insolvencia punible, etcétera), y ahora la Fiscalía Anticorrupción investiga los demás informes encontrados tanto en el despacho de Afinsa como de Fórum por si fueran constitutivos de delito.
Informe de fusión
La relación de Cuatrecasas con Afinsa se remonta al menos hasta 2002, cuando el bufete comenzó a asesorar a Juan Antonio Cano y Albertino de Figueiredo, los fundadores de Afinsa, en sus cuentas personales. El bufete llegó a aconsejar al portugués que fijara su residencia en Navarra, para beneficiarse de la ley foral.
Todos esos informes, a pesar de ser privados, se facturaron a la filatélica, como queda constatado en las facturas requisadas por los investigadores en los registros de Afinsa, y que han quedado aportadas al sumario.
Ese mismo año llegó el primer gran encargo para Cuatrecasas procedente de Afinsa. Se trataba un informe sobre la reestructuración de las filiales vía fusión impropia (modalidad de fusión por absorción en la que la sociedad absorbente es titular del cien por cien de las acciones de la absorbida).
El trabajo lo llevó a cabo personalmente Tomás Olalde junto a otro abogado del despacho, Víctor Pardo.
Esa fusión, y la relación de Afinsa con sus filiales, motivaría, poco después, una sanción muy grave del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC) a Gestynsa, la auditora de la filatélica.
El ICAC ponía de manifiesto que Afinsa no había valorado correctamente las participaciones ni había provisionado créditos. Además, el ICAC dudaba del modelo de negocio de Afinsa y consideraba que había una actividad financiera implícita.
Sin embargo, ni esas serias advertencias ni el inicio de la investigación de la Agencia Tributaria, a finales de 2003, sirvieron para que Cuatrecasas se replanteara su relación con la empresa filatélica. El despacho intensificó sus informes a la compañía, y comenzó a asesorar en áreas diversas, como contratos, valoración de filatelia, fiscalidad y relación con los clientes.
Tomás Olalde aceptó el cargo de consejero externo de la empresa filatélica y lo compatibilizó con su trabajo en Cuatrecasas. Olalde, además, siguió realizando informes en nombre del bufete.
