El nerviosismo se apodera de los mercados

El nerviosismo se apodera de los mercados


(PD/Agencias).- Lo que comenzó siendo un pinchazo de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos amenaza con convertirse en una crisis de liquidez en toda regla y con causar serios daños a las empresas, a los consumidores y a la economía en general.

Tras haber inyectado el jueves 95.000 millones de euros en el mercado bancario de la eurozona, el Banco Central Europeo (BCE) intervino ayer con otros 61.000 millones para calmar los ánimos de los inversores. La Reserva Federal de Estados Unidos inyectó 38.000 millones de dólares (25.000 millones de euros) en tres tandas durante la jornada con el mismo propósito, hasta un total de 87.500 millones entre ayer y hoy. Los bancos centrales de Japón y Australia habían hecho lo mismo por la mañana, mientras los de Malaisia, Indonesia y Filipinas vendieron dólares para defender sus propias divisas.

La magnitud y la contundencia de la actuación de las autoridades monetarias dan una idea de la preocupación por la falta de liquidez en los mercados y sus repercusiones en la economía. Los expertos advierten de que una prolongación de la crisis hará más difícil que empresas, instituciones y consumidores logren dinero prestado, lo que podría provocar una desaceleración del crecimiento mundial.

LAS SEÑALES DE WALL STREET

Ya el cierre de Wall Street el jueves presagiaba que la jornada del viernes no iba a ser precisamente positiva y no lo fue. Aunque no llegó a «viernes negro», los índices de las Bolsas de todo el mundo se tiñeron de rojo y las pérdidas se generalizaron ante la magnitud de la crisis hipotecaria estadounidense.

El primer aldabonazo correspondió a las bolsas asiáticas, que ya contaban con la referencia no sólo del cierre precedente en Nueva York sino del pánico vivido en algunos momentos en la Bolsa australiana de Sidney, cuyo índice cayó un 3,72% al cierre de la sesión.

La siguiente en entrar en liza, Tokio, no le fue a la zaga y el índice Nikkei retrocedió un 2,37%, una de las mayores caídas del año y la constatación de que el índice de la Bolsa japonesa ha vuelto a los niveles del pasado mes de marzo.

Para colmo, el mercado se intranquilizó aún más al conocerse que el Banco de Japón también estaba inyectando liquidez al sistema financiero, siguiendo la estela de lo ya hecho en la jornada precedente por el Banco Central Europeo y la Reserva Federal estadounidense.
Aunque se negaba que se tratara de una acción concertada, los inversores comenzaron a percibir la auténtica magnitud del asunto al certificarse la intervención japonesa para asegurar la liquidez en el sistema.

Los mercados de Shanghai, Seúl y Hong Kong no hicieron sino confirmar la tendencia y desde la apertura dedicaron la jornada a realizar una buena purga. La excepción a la regla fue el mercado de Shanghai, cuyo retroceso al final de la sesión se limitó a un modestísimo 0,1%, lo que los analistas atribuyen a las específicas condiciones de la economía china y al hecho de que su principal mercado de valores transita por valores máximos históricos. El otro mercado chino, el Shentzen, sí se sumó a la conrriente general con una caída superior al 2%.

Sólo faltaba por comprobar la resistencia que opondría el mercado europeo a la corriente bajista después de que en la sesión previa ya habían recortado por causa del vendaval desatado en las hipotecas estadounidenses y la constatación de que entidades europeas están afectadas por la crisis.

La resistencia no duró ni unos segundos. Desde el primer momento se vió que los mercados habían quedado desbordados por la magnitud de la crisis -largamente anunciada y varias veces minimizada-.

A pesar de las llamadas de las autoridades financieras y políticas a la calma y las seguridades manifestadas por el BCE y la Comisión Europea de que no habrá impacto sobre las economías europeas, los inversores prefirieron ignorar las palabras y ceñirse a los hechos y éstos decían que el Banco Central Europeo estaba interviniendo de nuevo en el mercado para inyectar liquidez, un indicador de que las cosas no están demasiado bien.

EL IBEX 35 CAE
El selectivo cerró este viernes la sesión con una caída del 1,11%, por lo que pierde los 15.000 puntos, arrastrado por el temor a que la crisis hipotecaria de EEUU se contagie a la economía europea.

El Ibex 35 se situó en 14.838 puntos, mientras el Índice General de la Bolsa de Madrid se dejó un 1,12%, hasta los 1.632 enteros. El Ibex Nuevo Mercado avanzó un 0,74%, hasta 3.829 unidades.

Las pérdidas fueron generalizadas entre los grandes valores del mercado. Santander terminó con una bajada del 1,35%; Telefónica, del 0,61%; BBVA, del 1,48%; Repsol, del 2,27%; Iberdrola, del 1,93%, y Endesa, del 0,40%.

Banco Popular fue el único de los bancos que se salvó de los recortes con un ligero avance del 0,07%. Entre el resto de entidades también destacaron Banco Sabadell (-1,26%), Banesto (-1,02%) y Bankinter (-0,46%).

Iberia lideró las pérdidas, al bajar un 5,5%, seguido de BME (-4,6%), Mapfre (-3,75%) y Unión Fenosa (-2,57%).

Cintra destacó en el lado de las subidas al ganar un 4,5%. También destacaron Sogecable (3,77%), Indra (2,76%) y NH Hoteles (2,16%).

En el mercado de divisas, el euro perdía posiciones frente al dólar. Al cierre de la sesión bursátil, el cambio entre las dos monedas quedaba fijado en 1,3703 unidades.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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