Zapatero puede presumir del peor dato del paro de la democracia

Zapatero puede presumir del peor dato del paro de la democracia

(PD).- Cada día que pasa el Gobierno ZP tiene más difícil apuntalar su versión de que la economía española va bien y de que quienes difieren de ese punto de vista son «antipatriotas», como dijo no hace todavía un mes el presidente Zapatero.

El dato del desempleo es demoledor. Enero de 2008 es el peor mes de la historia. Nunca antes había habido en España un aumento de 100.000 parados en un solo mes, y este enero se han sobrepasado los 130.000.

Con este incremento, el registro de parados vuelve a números de hace una década, por encima de los 2.250.000.

LA REACCIÓN DEL GOBIERNO ZP

La reacción del Gobierno ZP y del PSOE fue este lunes la misma que han venido manteniendo desde que en el verano empezaron a conocerse los primeros datos que apuntaban hacia un posible cambio de ciclo, con el frenazo entonces en la construcción y las primeras noticias de la crisis crediticia. Hacen que no pasa nada e insisten en que todo va bien.

Sólo que desde entonces se ha desplomado la Bolsa, se ha disparado la inflación, ha caído el consumo, se ha retraído la inversión, el Gobierno ha tenido que corregir a la baja sus previsiones de crecimiento… y ahora aumenta el desempleo.

La vicepresidenta De la Vega pidió este lunes a los ciudadanos que no hagan caso a los «cantos apocalípticos» y que no se alarmen ante lo que definió como «algunos datos coyunturales».

El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, defendía la «gran» creación de empleo estable lograda a lo largo de esta legislatura. Pero la realidad es que nadie hace la compra del día con lo que ganó hace cuatro años. Y no le falta razón a Rajoy al calificar de «drama» el hecho de que en enero se hayan destruido más de 4.400 empleos cada día.

Era previsible que el cambio de ciclo llegara con efectos inmediatos y profundos. Muchos estudios apuntaban ese cambio de tendencia desde la primavera pasada, pero el Gobierno zp decidió que no había riesgos ante una señales que calificó de pasajeras o infundadas.

No hizo nada ante la caída de expectativas de los agentes económicos, ni ante la subida de los precios básicos.

«Estamos preparados, más que los demás», ha reiterado el presidente del Gobierno con poca prudencia y más irresponsabilidad. Y a su lado, el vicepresidente económico, que dice haber lidiado con éxito varias crisis, ha pecado de displicencia y desidia, cuando no de falta de transparencia y de utilización partidista del superávit público.

Los datos de enero sorprenden a un Gobierno sin norte y revelan que la economía ha emprendido una cuesta abajo acelerada, con caídas en la demanda y el consumo. Quienes fingían que no había crisis ya no engañan a nadie: hay crisis, y es profunda.

MELLA EN LA CREDIBILIDAD

El problema para el Gobierno ZP es que la situación empieza a hacer mella en su credibilidad; de hecho, el último sondeo del CIS certifica que más de un tercio de la población opina ya que la marcha de la economía es mala o muy mala.

El goteo de datos negativos hace que las explicaciones del Ejecutivo suenen cada vez más a palabras huecas, cuando no a excusas, en lo que se presume una estrategia para ganar tiempo por la inminencia de las elecciones.

Está por un lado ese problema de credibilidad, que el PSOE trata un día de contrarrestar con Solbes presumiendo de ser mejor gestor que Pizarro, y al siguiente con una campaña que incide en la idea de que hay «motivos para creer» en su forma de gobernar (aunque ayer no fuera precisamente el mejor momento para presentar con ese lema el cartel del presidente apostando por el «pleno empleo»).

Y LA COSA VA A PEOR

Y la situación puede agravarse para los socialistas ante una pregunta que es imposible obviar: si este Gobierno fue capaz de ocultar la verdad a los españoles en relación a la negociación con ETA -el propio presidente ha confirmado que continuó sus contactos con la banda tras el atentado de la T-4- ¿por qué confiar ahora en su palabra?

Pero el Ejecutivo tiene que afrontar otro inconveniente que va más allá de las sospechas. En cuatro años, no sólo no ha desarrollado la Ley de Empleo de 2003, que hubiera permitido dinamizar las formas de contratación y ganar en flexibilidad, sino que ha permanecido impávido mientras se aceleraba la erosión de la unidad del mercado laboral, troceado por las políticas de los gobiernos autonómicos.

Además, ante la alarma del deterioro económico, el Gobierno se ha limitado a anunciar el cheque de los 400 euros, iniciativa que ha presentado después como el anticipo de una reforma fiscal. Ante este panorama, la duda hoy es saber hasta cuándo podrá el PSOE mantener en pie su tesis de que la economía va bien y su optimismo está justificado.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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