(PD).- Habría que remontarse a 1973 para recordar unos niveles iguales de bajos que los actuales del indicador de expectativas económicas para los próximos seis meses de los consumidores estadounidenses.
Inmerso el país en una crisis económica en la que el petróleo alcanza precios prohibitivos y el valor de la vivienda cae a un ritmo récord, el índice se desplomó en marzo hasta los 47,9 enteros, su nivel más bajo desde el aciago año en que la Administración Nixon fue sacudida por las escuchas ilegales del hotel Watergate y los países exportadores de petróleo bloquearon la venta del preciado recurso a Occidente por su apoyo a Israel en la guerra del Yom Kippur.
Los datos recabados por el instituto Conference Board inciden en el clima pesimista de la población estadounidense. La confianza de los consumidores registró en marzo un descenso más intenso de lo previsto al situarse en 64,5 enteros, su nivel más bajo desde marzo de 2003, frente a los 76,4 puntos de febrero, y los 73,5 enteros estimados por el consenso del mercado.
Lynn Franco, responsable del centro de investigación del instituto, destacó que «la confianza de los consumidores respecto al estado de la economía continúa debilitándose y el indicador de confianza se mantiene en mínimos de cinco años».
«Mirando hacia adelante, las perspectivas de los consumidores respecto a las condiciones de las empresas, el mercado laboral y sus previsiones de ingresos es bastante pesimista y sugiere que un mayor debilitamiento puede estar en el horizonte. De hecho, el indicador de expectativas económicas se ha situado en mínimos de 35 años», subrayó.
Los encuestados que consideran que las condiciones actuales de negocio son «malas» subieron al 25,4%, desde el 21,3% en febrero, y aquellos que perciben que es más difícil encontrar trabajo subieron al 25,1%, respecto al 23,4% anterior.
El índice de confianza se elabora en base a datos recogidos en 5.000 hogares estadounidenses el pasado 18 de marzo.
