(PD).- La negociación de la tarifa eléctrica con los grandes consumidores industriales ha supuesto siempre un tema espinoso para el Ejecutivo.
Desde el pasado 1 de julio desaparecieron estas tarifas para cumplir con la liberalización del mercado eléctrico, tal como dicta la Comisión Europea, y estas empresas, como Arcelor o Alcoa, tienen que acudir al mercado mayorista de electricidad.
En principio, se acabarían estas negociaciones, pero la gran industria ya venía avisando de que no podría asumir esos precios, teniendo en cuenta el fuerte volumen que contrata. El nuevo modelo para la compra de energía mermaría su competitividad y su eficiencia.
Estudian trasladar la producción al extranjero
Sin embargo, el Gobierno hizo oídos sordos a estas peticiones. Hasta hoy. Parece que el titular del Ministerio de Industria, Miguel Sebastián, ha visto las orejas al lobo después de que estos grupos, entre ellos el gigante Arcelor-Mittal, hayan amenazado con trasladar parte de su producción a sus plantas de otros países, una medida de presión que se podría efectuar inmediatamente y que a la larga supondría que las plantas españolas se queden vacías.
Arcelor, el grupo que preside el multimillonario Lakshmi Mittal, es uno de los grupos más afectados por el cambio de modelo, debido a su gran tamaño, y sus ejecutivos están dispuestos a liderar las reivindicaciones del sector.
Así, la pasada semana, el director financiero del grupo, Gonzalo Urquijo, advirtió de que el encarecimiento de su factura de la luz pone en peligro unas inversiones de 250 millones de euros para este año. Además, la compañía amenaza con que si no hay cambios en las tarifas podría llegar a trasladar su producción a Francia, sin que ello conllevara algún coste adicional para el grupo.
Estos avisos han surtido efecto y ahora el departamento que dirige Miguel Sebastián se ha mostrado receptivo a negociar con estos grupos, representados en la Asociación de Grandes Empresas de Gran Consumo (AEGE). Recientemente, una delegación de esta patronal ha mantenido dos encuentros con el secretario general de Energía, Pedro Marín, y otras dos reuniones con un equipo técnico del Ministro de Industria. Estos encuentros han servido de base para llegar al escalón más alto: Miguel Sebastián, quien ha aceptado estudiar un plan de competitividad, que fue presentado hace una semana por AEGE.
Ahorran al sistema hasta 1.100 millones
La propuesta de los grandes consumidores industriales, que ha sido elaborada por Intermoney, pone énfasis en la aportación que hacen estas empresas al sistema eléctrico. Y es que estos grupos aceptan que se les corte el suministro eléctrico en momentos de punta de demanda para garantizar el suministro energético, con lo que se ahorran gastos de puesta en marcha de centrales de fuel -las más caras- o de importación de electricidad de otros países.
Intermoney ha cuantificado la gestión de demanda, la garantía de potencia y los contratos de interrumpilidad de 2006 y expone que el sistema se ahorra entre 900 millones y 1.100 millones anuales gracias a los grandes consumidores industriales. A continuación, el informe advierte del posible traslado de la producción si no se aplican unos precios competitivos para la gran industria.
El secretario general de AEGE, Javier Penacho, explicó a elEconomista que el plan de acción presentado a Industria pide un precio medio de entre 35 euros y 45 euros por megavatio/hora (MWh), así como contratos a largo plazo de cinco años para evitar la incertidumbre en los planes de inversión. Otras peticiones se centran en una rebaja fiscal, una reducción de sus costes a la hora de acudir al mercado mayorista. A cambio, la asociación se compromete a seguir dando su apoyo al sistema eléctrico con los contratos de interrumpibilidad.
La tarifa se encarece un 70%
Hasta el pasado 1 de julio, la gran industria gozaba de una tarifa especial por su aportación al sistema, pero la liberalización del mercado ha supuesto un encarecimiento de la factura de la luz de un 70% para los grandes consumidores industriales, según AEGE. En concreto, el precio medio de la energía para estos grupos ha pasado de 39,5 euros por MWh a 67 euros por MWh en tan sólo un mes.
Ahora, los grandes consumidores insisten en que este nivel de precios hace peligrar su competitividad. Por ello, en la negociación resaltarán la importancia que representan para la economía, dado que suponen el 15% de la demanda energética y alrededor del 5% del Producto Interior Bruto (PIB).
