El Gobierno ZP ha descubierto que hay crisis y olvida sus promesas más costosas

(PD).- El Gobierno postergará al segundo tramo de la legislatura algunos de sus programas más caros a causa de la crisis económica. El objetivo del Ejecutivo pasa por unos Presupuestos muy restrictivos para el próximo ejercicio: tendrán un techo de gasto de tan sólo el 3,5%, sin contar la cobertura de desempleo, cuando los del ejercicio anterior alcanzaron un techo del 7,5%, cuatro puntos más.

Puntualiza Luis R. Aizpeolea en El País que, no obstante, el presidente Zapatero ya ha garantizado que, pese a la crisis, mantendrá sus compromisos sociales básicos, como la cobertura del desempleo, las pensiones, el salario mínimo interprofesional, el programa de dependencia y las becas, así como la inversión productiva en infraestructuras e investigación.

Zapatero precisará estos compromisos en el mitin que pronunciará en la localidad leonesa de Rodiezmo, con el que en los últimos años ha inaugurado el curso político ante los militantes de las agrupaciones mineras del PSOE.

Al día siguiente, lunes, el núcleo duro del Gobierno, en el que Zapatero ha introducido al vicepresidente económico, Pedro Solbes, debatirá el calendario político y los puntos en los que reducirá su programa para ajustarlo a los Presupuestos de una etapa de crisis.

Al margen de los compromisos sociales precisados por Zapatero, el Gobierno calcula que se verá obligado a postergar a una segunda parte de la legislatura los aspectos más caros de su programa. Una fuente socialista explicaba:

«Lanzar el debate sobre una mejor regulación del aborto, como se ha hecho esta semana, no tiene coste. Pero lanzarse a la construcción de nuevos juzgados o cuarteles policiales con esta situación económica es más complicado».

Otro criterio que tendrá en cuenta el núcleo duro del Gobierno al reorganizar su calendario programático será la estrategia política del PP. Este partido ya ha definido su terreno: la crisis económica.

Cuando el Ejecutivo lanzó el debate sobre la regulación del aborto, el PP anunció que toda discusión que se salga de la crisis económica es una cortina de humo para tapar el principal problema de España. Una estrategia similar le dio cierto éxito en la anterior legislatura, cuando consiguió tapar numerosas iniciativas sociales del Gobierno y centrar el debate político en el Estatuto de Cataluña, primero, y en el final dialogado del terrorismo, después.

El Ejecutivo no quiere que se repita la historia, y en esta legislatura intentará medir mejor su calendario y evitar iniciativas que puedan ser ahogadas por el debate sobre la crisis.

También ha tratado de rectificar, este verano, su discurso político sobre la situación económica, pasando del optimismo a un reconocimiento realista de su seriedad.

Zapatero se ha convencido de que su discurso, basado en la teoría de que «el pesimismo no crea un puesto de trabajo», puede alejarle de la percepción que los ciudadanos tienen de la gravedad de la situación económica.

Más aún con la caída del consumo, reflejada en el retroceso del 40% en la venta de automóviles y en el aumento del desempleo. En un año, la cifra de parados ha aumentado en medio millón de personas. La portavoz del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha admitido, incluso, que «vendrán trimestres peores».

Pero el mayor reconocimiento de la crisis ha sido la decisión de Zapatero de comparecer el miércoles próximo en el Congreso para debatir sobre el aumento del desempleo y las medidas para paliarlo.

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