(PD).- El mercado está tan destrozado que no es capaz de frenar su hemorragia con ninguna medida: ni inyecciones de liquidez, ni la compra de papel comercial anunciada ayer por la Fed, ni la garantía de los depósitos en Europa.
Los inversores parecen clamar por bajadas de tipos, la única medida que puede salvarnos a juicio de numerosos expertos.
Uno de ellos es Tom Crescenzi, estratega jefe de bonos en Miller Tabak y columnista de RealMoney.
En su opinión, la prueba definitiva fue la nula respuesta del mercado el lunes al anuncio de que la Fed ampliaba sus subastas de liquidez hasta una cantidad increíble de 900.000 millones de dólares frente a los 150.000 millones de hace tan sólo dos semanas.
Eso sí, este analista admite que también influyen la multitud de problemas del sistema financiero y la lentitud con que llega la recuperación de este tipo de shocks.
Además, hay que añadir a esa medida el anuncio de que la Fed pagará intereses a las reservas que los bancos tienen depositadas en el banco central como garantía de los depósitos, una acción que permite a Bernanke aportar todo el dinero que desee en el sistema sin que eso tenga influencia en los tipos oficiales.
Pero ni por esas. Por no hablar del plan Paulson, que se suponía que iba a acabar de raíz con todos los problemas. Como pueden ver, no ha sido así.
La combinación de las actuaciones de la Fed en los últimos días equivale a una relajación de la política monetaria, con una drástica expansión del balance de la Fed para colocar más dinero en el sistema bancario.
Obviamente, el problema es que los bancos no distribuyen el dinero que reciben de la Fed a la economía, aunque parece seguro que lo harán en algún momento, a la vista de la cantidad astronómica de dinero que el banco central ha inyectado al sistema.
Hasta que eso ocurra, los inversores y el público en general claman por la medida que entienden de verdad (todas estas inyecciones y facilidades son incomprensibles para el hombre de la calle): rebajas de tipos.
Ahí es donde Crescenzi aporta su grano de originalidad: a su juicio, hace falta una bajada de entre 0,75 y un punto para que la medida funcione.
«Una rebaja tan fuerte es la mejor elección, considerando la gravedad de la situación y porque es la ruta más segura para una curva de tipos empinada (con mucha diferencia entre los tipos a corto y a largo plazo), que mejoraría los márgenes y ayudaría a la banca».
Y añade que «nosotros el público, como inversores en bancos, tenemos un enorme interés en la rentabilidad del sector bancario, ahora más que nunca».