La crisis también afecta a los ricos: Kerkorian sale de Ford tras perder un 70% de su inversión

(PD).- El magnate estadounidense Kirk Kerkorian abandonará el capital de Ford, donde llegó a controlar en junio pasado el 6,49% del accionariado, y se anotará fuertes minusvalías que podrían alcanzar más del 70% de su inversión de mil millones de dólares (746 millones de euros al cambio actual).

Tracinda, la sociedad de inversión de Kerkorian, comunicó hoy al supervisor financiero estadounidense (SEC por sus siglas en inglés) la venta de 7,3 millones de acciones de Ford, representativas del 0,4% del capital, por un importe de 17,74 millones de dólares (13,2 millones de euros).

El precio por acción al que Kerkorian ha comenzado a vender las acciones de Ford es de 2,43 dólares, muy por debajo de los 8,5 euros por título que desembolsó para desembarcar en el capital del segundo fabricante de automóviles de Norteamérica.

Tras ejecutar la venta de este primer paquete, el brazo inversor de Kerkorian anuncia su intención del vender el 6,09% restante, en función de las condiciones del mercado, para lo que ha contratado los servicios de un banco de inversión.

«Tracinda Corporation, a la vista de las actuales condiciones económicas y del mercado, ha decidido redireccionar sus recursos y centrarse en otras industrias», explica la sociedad en la comunicación remitida a al SEC.

Kirk Kerkorian, un multimillonario que ha amasado su fortuna en el sector del juego, llegó a ser primer accionista de Chrysler, antes de su malograda fusión con Daimler, e incluso del grupo General Motors. Ambas relaciones acabaron mal.

Así, Kerkorian demandó a los artífices de la fusión entre Daimler y Chrysler, pues les acusaba de haber mentido a los accionistas al presentar la operación -ejecutada en 1998- como una integración entre iguales, cuando, a su juicio, el grupo alemán absorbió al estadounidense. El magnate perdió la batalla judicial y Daimler y Chrysler se «divorciaron» el pasado año.

Además, en 2005 el acaudalado inversor llegó a ostentar una participación del 9,9% en General Motors, que entonces ocupaba indiscutiblemente el puesto de primer fabricante mundial de automóviles. Incluso se mostró dispuesto a incrementar esta participación al 12%.

Pero el idilio finalizó un año después. Desde el consejo de la multinacional estadounidense, Kerkorian impulsó la integración de General Motors en la alianza Renault-Nissan. Las conversaciones entre las partes concluyeron sin acuerdo, y el multimillonario reaccionó saliendo del capital de General Motors.

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