La crisis dispara un 40% la petición de auxilio urgente a Cáritas

(PD).- Cuando todavía no había estallado con toda su crudeza mediática la crisis económica y financiera, Cáritas ya era consciente de manera plena que estas graves turbulencias se habían cebado en los sectores más desfavorecidos de la sociedad, ya que todos los datos apuntaban a que la pobreza severa y la exclusión social se disparaban.

Una encuesta realizada durante el primer semestre de 2008 por esta entidad caritativa y social, dependiente de la Iglesia católica, entre el 50% de las diócesis españolas constata el aumento de demandas de ayuda económica para alimentos, vivienda y transporte, unas peticiones que suponen un incremento del 55% respecto al mismo periodo del año anterior.

Los perfiles mayoritarios de las personas que han solicitado respaldo a esta institución responden a mujeres solas con cargas familiares; parados recientes, procedentes de empleos de baja cualificación de los sectores de la construcción y la hostelería; familias jóvenes con niños pequeños; féminas inmigrantes reagrupadas de 40 o más años que buscan trabajo por primera vez, mayoritariamente como empleadas de hogar; y, de manera menos generalizada, mujeres mayores con pensiones no contributivas o pensiones mínimas que no llegan a cubrir sus necesidades básicas, así como inmigrantes irregulares menores y jóvenes «que han visto endurecidas sus condiciones de vida».

A mitad del presente año, refleja el sondeo titulado ‘Observatorio de la realidad’, se registró un 40% más de peticiones de solidaridad que durante el primer semestre de 2007, sobre todo, por orden de importancia, en los programas de familia, acogida, inmigrantes y empleo. Silverio Agea, secretario general de Cáritas Española, subrayó que en este semestre «la crisis no había estallado en su plenitud», por lo que no dudó en aventurar que a finales de año tendrá un impacto mucho mayor.

Según Agea, que también presentó públicamente la memoria 2007 de la entidad, ese año «ya se detectaba la crisis». Durante ese ejercicio, Cáritas invirtió en sus acciones de solidaridad algo más de 200 millones de euros, «la cantidad más elevada en la historia de la organización».

Cáritas ha constatado, asimismo, el aumento de demandas de retorno voluntario de inmigrantes, sobre todo a Ecuador y Bolivia. Estos últimos, al reducirse sus ahorros y posibilidades de ayuda, prefieren volver a su país de origen. La demanda de inmigrantes irregulares «recién llegados» ya no es tan intensa, pero sí hay una creciente demanda de reagrupación familiar de extranjeros que se legalizaron en años anteriores.

Destaca también el aumento de las demandas de apoyo psicológico por parte de familias, que no se lo pueden pagar, para menores y adultos que sufren depresiones, deterioro de las relaciones familiares o ansiedad.

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