Zapatero: «Lo que no me cabe en la cabeza es estar de pie»

Zapatero: "Lo que no me cabe en la cabeza es estar de pie"

(PD).- «Lo que no me cabe en la cabeza es estar de pie. En alguna silla hay que estar», ironizó este lunes Zapatero, cuando se le preguntó por la posibilidad de que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, le ceda una de las dos sillas a las que Francia tiene derecho en la Cumbre del 15 de noviembre en Washington, como miembro del G-7 y presidente de turno de la UE.

Dice Miguel González en El País que el problema es que, como en el juego de las sillas, hay más aspirantes que asientos en la reunión que debe poner en marcha la reforma del sistema financiero mundial.

Y que la demanda española, como era previsible, ha despertado las envidias de otros Gobiernos, que tampoco estaban invitados. Como Holanda que, según confirmaron ayer fuentes comunitarias, se ha dirigido a Sarkozy para trasladarle su deseo de estar en Washington, siguiendo el ejemplo de España.

O Polonia, que ha contactado directamente con los anfitriones de la Cumbre, la Administración de EE UU.

El PIB de Holanda es aproximadamente la mitad del español, pero en cambio tiene una renta per cápita muy superior. Además, forma parte del G-10, un club a mitad de camino entre el G-7 (integrado por los países más ricos) y el G-20 (el G-7 más las economías emergentes), que se ha tomado como paraguas para la Cumbre del 15 de noviembre.

Para rizar el rizo, los miembros del G-10 son en realidad 11 (el G-7 más Holanda, Suecia, Bélgica y Suiza), pero su relación con las finanzas internacionales es innegable, pues su principal actividad es la reunión que los presidentes de sus bancos centrales celebran cada dos meses en Francfort (Alemania).

Holandés es el primer banco europeo en volumen de depósitos, ING, al que su Gobierno ha debido inyectar 10.000 millones de euros. El segundo es el Santander.

Respecto a Polonia, su PIB representa el 30% del español, pero podría hacer valer su apoyo a la Administración de Bush en asuntos polémicos como la guerra de Irak o el escudo antimisiles.

El Gobierno español espera que el viernes, en el Consejo Europeo extraordinario de Bruselas, Sarkozy ofrezca alguna fórmula que permita a España, y probablemente también a Holanda, estar en Washington.

El presidente francés ya ha dado algún indicio al ceder un asiento en la delegación francesa al ministro de Finanzas de la República Checa, país que presidirá la UE en el primer semestre de 2009. Pero Madrid rechaza esa fórmula, pues no incluye el derecho a intervenir en los debates, reservado al jefe de cada delegación. Y Zapatero no quiere ser un invitado de piedra, sino tener un asiento con voz propia.

Ayer, en la rueda de prensa conjunta con el jefe del Gobierno español, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, aseguró que se sentirá «muy satisfecho» si España participa en la Cumbre de Washington, pero dejó claro que él no es el organizador.

¿Quién lo es entonces? Frente a las declaraciones de Sarkozy, que ha derivado públicamente cualquier responsabilidad hacia la Administración de Bush, Zapatero considera que los coorganizadores son EE UU, como país anfitrión, y la UE, como impulsora de la idea.

Y agrega que España, un país «europeo y europeísta», debe acudir con el aval de la Unión. Es decir, a propuesta de su presidente de turno, Sarkozy.

Todos los apoyos que Zapatero ha recibido hasta ahora (de los primeros ministros de Reino Unido y Portugal, Gordon Brown y José Sócrates; o de los presidentes de Brasil, Chile, Argentina y El Salvador) son importantes, pero no dan derecho a sentarse en Washington.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído