La Casa Blanca prepara una «quiebra ordenada» para Chrysler y GM

(PD).- La Casa Blanca ha dicho este jueves que la presidencia de George W. Bush no descarta llevar a a cabo una «quiebra ordenada» de General Motors y Chrysler, los dos gigantes de la industria del automóvil que buscan desesperadamente una ayuda de miles de dólares para evitar el cierre.

Ford Motor, que no atraviesa una situación tan acuciante como sus competidoras, no está previsto que forme parte de ningún plan de rescate.

La negativa del Senado de EE UU a autorizar un crédito puente de 14.000 millones de dólares hizo temer por un colapso inmediato de GM y Chrysler, que arrastraría con Ford, distribuidores de piezas y concesionarios que trabajan con marcas domésticas. La pelota está ahora sobre el tejado del Despacho Oval.

La portavoz de Bush, Dana Perino, ha confirmado las crecientes especulaciones en círculos próximos a las negociaciones de que el presidente y el secretario del Tesoro, Henry Paulson, están considerando seriamente dar ese paso como parte de un plan global de rescate para la industria automovilística, informa The New York Times.

«El presidente no va a tolerar que se produzca una quiebra desordenada de estas compañías», ha dicho Perino en una rueda de prensa.

«Una quiebra desordenada sería algo muy caótico y supondría un sobresalto para el sistema», ha dicho la funcionaria. «Existe una forma de llevar a cabo procesos de bancarrota de una manera ordenada que conlleva un aterrizaje más suave. De eso es de lo que estamos hablando. Ésa sería una de las opciones», ha dicho Perino, que ha aclarado que aún no hay una decisión firme al respecto y que no podía aventurar cuándo sucedería eso, pero que las deliberaciones estaban «próximas a su conclusión».

El capítulo 11

La medida a la que se ha referido la portavoz presidencial no tendría precedentes, y requeriría concesiones por parte del sindicato de la Unión de Trabajadores del Automóvil, proveedores, bancos de inversión, accionistas y poseedores de bonos de las dos compañías.

Una de las posibilidades que está sobre la mesa pasa por que el Gobierno conceda una inyección financiera de entidad suficiente como para que ambas firmas -GM y Chrysler- puedan seguir funcionando durante varios meses. Después de ese periodo, un organo supervisor elegido por el Gobierno reuniría a los ejecutivos de las dos companías para determinar los pasos a seguir en base al capítulo 11 del Código de Bancarrota vigente en Estados Unidos. Bajo los dictados de dicha norma, los directivos de las empresas podrán seguir al frente de la gestión empresarial pero cualquier decisión relevante tendrá que ser aprobada previamente por un tribunal de bancarrota.

«No va a ser facil, no va a ser agradable ni apetecible, pero es la única solución que tiene algo de sentido», ha dicho Hugh M. Ray, responsable de los procesos de quiebra y bancarrota del despacho de abogados Andrews & Kurth, quien ha participado en muchos de los más sonados casos de bancarrota en Estados Unidos.

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