(PD).- El gigante canadiense de las telecomunicaciones Nortel Networks se suma a las numerosas empresas que se han declarado en bancarrota en los últimos meses y ha anunciado que se pone bajo la tutela de los tribunales para hacer frente a sus acreedores y a la crisis económica (un movimiento similar a la antigua suspensión de pagos, ahora concurso de acreedores en España).
Nortel, el fabricante de componentes electrónicos más importante de América del Norte, tiene previstas medidas similares en Europa, Oriente Próximo y África, según indica en un comunicado. Nortel asegura que ha tomado la decisión «con la autorización unánime del consejo de administración» y que el proceso ahora iniciado le permitirá afrontar «el peso que suponen los costes de la deuda». Este mismo jueves, la compañía tiene que pagar 107 millones de dólares, unos 81,2 millones de euros, por este concepto. Durante el tercer trimestre de 2008 perdió 3.413 millones de dólares (2.663 millones de euros).
Bancarrota y venta
A pesar de los mensajes de la compañía, los medios locales consideran que esta declaración de bancarrota llevará al desmantelamiento del grupo y la venta de las partes más rentables a sus rivales extranjeros. La empresa canadiense va a suprimir 2.500 puestos de trabajo. La compañía no ha encontrado compradores para las divisiones de las que decidió desprenderse en septiembre, pero a pesar de esta situación pretende mantener sus actividades «sin interrupción».
Nortel, que ha tomado la decisión a pesar de disponer de 2.4000 millones de dólares en liquidez, asegura que ya había iniciado un proceso de transformación pero subraya que «la crisis financiera mundial y la recesión han agravado los desafíos financieros de Nortel y han perjudicado su capacidad de llevar a buen puerto esta transformación».