(PD).- El Ibex 35 ha acogido con optimismo los resultados presentados hoy por las dos principales entidades bancarias de este país, Santander y BBVA, y ha cerrado con una subida del 4,22%, la mejor jornada del año, para quedar en 8.701,50 puntos.
Es la segunda vez en esta semana, tras la sesión del lunes, en la que el Ibex se sitúa en ganancias gracias a la subida de las acciones de los bancos, que han sido los más perjudicados por esta crisis. Poco ha influido el anuncio de la entrada oficial de España en la recesión , dato que los inversores han descontado hace tiempo.
Las subidas han sido lideradas por el Santander, que después de anunciar ayer que devolvería lo perdido con Madoff a sus inversores particulares, ha publicado hoy unos beneficios de 8.876 millones, un 2% menos que en 2007. La entidad presidida por Emilio Botín, ha subido un 13,3%.
Tampoco le iba mal al BBVA, que se ha anotado un 7,78% a pesar de haber anunciado un recorte del dividendo (que se pagará en acciones) y una reducción del 18% en sus beneficios de 2008.
Contagiados por esta bonanza, el Popular ganaba más de un 7% y Banesto 3%. Las constructoras, que también han sido de las más perjudicadas por la crisis, subían con Sacyr Vallehermoso y Ferrovial anotándose más de un 5 un 4% respectivamente. Por su parte, Telefónica, que ha anunciado que eleva un 15% su dividendo, ha ganado un 1,8%.
En Wall Street, el Dow Jones ha abierto en positivo y ganaba un 1,39% a la hora del cierre en Madrid para animarse en la última parte de la sesión.
Una hora antes del cierrre, el índice de industriales se anotaba un 2,44%, animado por el anuncio de la Reserva Federal, que se ha mostrado dispuesta a comprar deuda pública si es necesario. En Europa, con el euro a 1,32 dólares y sin las mismas buenas noticias en el sector bancario, el CAC 40 parisino ganaba un 4,11%, el Dax alemán un 4,52% y el Mib un 3,39%.
La Fed se muestra dispuesta a comprar deuda pública
El Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal de EEUU ha decidido hoy mantener los tipos de interés en un rango objetivo de entre el 0% y el 0,25% y ha asegurado que las condiciones económicas garantizan un nivel «excepcionalmente bajo» por algún tiempo. Asimismo, el banco central estadounidense afirma que está dispuesto a comprar bonos del Tesoro a largo plazo (deuda pública) si la evolución de las circunstancias señala que estas operaciones pudieran resultar efectivas en la mejora de las condiciones de los mercados privados de crédito.
