Los gigantes alimentarios amenazan a Mercadona con salir de sus tiendas

(PD).- Guerra abierta en el sector del gran consumo. Los gigantes de la alimentación están amenazado con marcharse de los supermercados de Mercadona si la cadena valenciana sigue manteniendo sus pretensiones económicas.

La empresa que preside Juan Roig está exigiendo a sus proveedores congelar las tarifas -en algunos casos se habla incluso de fuertes rebajas- para seguir comprándoles productos, algo que la mayoría considera insostenible.

Explican Javier Romera y Ginés Cañabate en El Economista que hasta ahora nadie se ha atrevido a dar el paso y rescindir los contratos, pero según explican fuentes de toda solvencia en el sector, la cuerda está más tensa que nunca y puede romperse.

En los últimos días, Mercadona está teniendo reuniones con la práctica totalidad de sus proveedores para explicarles la nueva política comercial. Y muchos de ellos se han mostrado tajantes.

«El problema radica en que si se aceptaran los precios que está exigiendo Mercadona, lo normal es que el resto de la distribución se entere y exija pagar lo mismo, con lo que nuestra situación sería terriblemente complicada», explican fuentes próximas a una de las empresas afectadas.

Acuerdos

En el marco de estas negociaciones hay, sin embargo, dos compañías que están a punto de alcanzar un acuerdo. Es el caso, por ejemplo, del grupo Mahou-San Miguel y de Leche Pascual. Un portavoz de Pascual confirmó que «acabamos de alcanzar un principio de acuerdo, aunque está prevista todavía una reunión entre nuestro presidente, Tomás Pascual, y el de la cadena de distribución, Juan Roig». Mahou-SanMiguel confirmó también la existencias de las negociaciones y su confianza en cerrar pronto un acuerdo.

La industria alimentaria, en cualquier caso, está muy dolida con Mercadona, no sólo por la fuerte rebaja o congelación de las tarifas que está que está llevando a cabo, sino también por el hecho de que haya expulsado ya a 800 referencias y pretenda sacar de las tiendas a otras 1.200 más.

Mercadona explica que «hemos pasado del tiempo de la abundancia al de la necesidad» e insiste en que tiene que reducir al máximo los costes para abaratar los precios, además de sacar de las tiendas todos aquellos productos que no se venden.

Pero la lista de proveedores disgustados con la cadena sigue aumentando cada día. La última en levantar la voz ha sido la cooperativa aceitera Hojiblanca, que ha visto desaparecer algunos de sus productos de las estanterías de los supermercados.

Daños económicos y morales

Su director general, Antonio Luque, aseguró a la agencia Europa Press, que la retirada de su marca Torcaoliva está «injustificada». «La distribución nos va a pedir que bajemos los precios para poder competir con ellos y puede que muchos de los que se ganan la vida con el olivar no puedan seguir adelante», aseguró Luque.

El máximo responsable de la cooperativa explicó que «los daños de momento son más morales que económicos», pero insistió también en que «lo más preocupante es lo que puede pasar a medio y largo plazo, ya que Mercadona está comenzando a realizar plantaciones de olivares en Portugal y el Norte de África para abaratar los costes de la producción, con lo que podrá influir en el precio del mercado».

La industria alimentaria teme, especialmente, que el resto de las cadenas de distribución pueda seguir los pasos de Mercadona, porque a muchas de ellas no les quedaría otro remedio que reestructurarse o acabar cerrando.

De momento, no obstante, el resto de cadenas prefiere mantener una oferta diversificada. «Hay que darle al consumidor la posibilidad de elegir», explican los principales competidores de Mercadona, que han optado por limitar su marca blanca.

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