Obama «vende» el plan de estímulo de la economia americana directamente a la ciudadanía

(PD).- El presidente Barack Obama ha decidido poner toda la carne en el asador para conseguir que el Congreso apruebe de forma urgente un plan de estímulo de la economía. El lunes por la mañana Obama se dirigió a Indiana para celebrar su primer mitin como presidente, centrado en explicar la necesidad de aprobar su plan para poder iniciar la recuperación de la economía.

Desde Elkhart, una ciudad especialmente golpeada por la deslocalización de empresas y con una de las tasas más altas de paro del país, Obama advirtió que «se perderán millones de trabajos, y el paro alcanzará dobles dígitos» si los poderes públicos no actúan de inmediato.

«La situación que afrontamos no podría ser más seria. Hemos heredado una crisis económica tan profunda y funesta desde la Gran Depresión», dijo Obama ante un auditorio lleno hasta la bandera. «No podemos permitirnos el lujo de esperar, y ver que sucede, confiando en que la crisis se arreglará sola».

La estrategia del presidente de usar su popularidad para apelar directamente a la población, con la esperanza que los ciudadanos presionen a sus congresistas, se completará cuando Obama dirija un mensaje televisivo a la nación.

Durante el lunes por la mañana se sucedieron las reuniones y llamadas en el Congreso con la finalidad de alcanzar un proyecto de ley de consenso que consiga el apoyo necesario. Por la tarde, se espera que se celebre una votación decisiva en el Senado para poner fin al proceso de discusión de enmiendas al plan, lo que abriría las puertas para que el martes por la mañana se celebrara la votación defintiva en la Cámara Alta.

Precisamente, ésta fue la razón que dio el secretario del Tesoro, Time Geithner, para retrasar el anuncio de su plan para atajar la crisis que sufren las principales instituciones del país. Según se ha filtrado a la prensa, el plan no se basará de forma exclusiva en el uso de fondos públicos, sino que confiará en la colaboración de otras instituciones financieras, como las ‘hedge funds’, o incluso compañías de seguros.

«Podemos atraer una cantidad sustancial de capital privado», ha declarado Larry Summers, director del Consejo Económico Nacional. El nuevo plan sostiene que será posible acabar consiguiendo beneficios a partir de lo que hoy son los activos tóxicos de los bancos, considerados los responsables de los problemas de liquidez de los mercados financieros. Ahora bien, el Estado deberá ofrecer garantías especiales para que los inversores se atrevan a invertir en estos títulos.

Aunque no se han ofrecido detalles del plan, un posible modelo sería el acuerdo del pasado mes de julio según el cual Merrill Lynch vendió 31.000 millones de dólares -unos 23.000 millones de euros- en activos tóxicos a un precio mucho menor al inicial. En concreto, éste fue de 22 céntimos por cada dólar.

Puesto que es imposible que los inversores privados se hagan con la totalidad de los activos tóxicos, se ha especulado con la posibilidad de que se cree un banco público que compre estos titulos. No está aún claro cuál sería la relación de este banco con los inversores privados interesados en comprar una parte de los activos tóxicos.

El plan también inyectará nuevos fondos en algunos bancos para que éstos puedan renegociar los términos de algunas hipotecas en riesgo de impago. Se calcula que unos 50.000 millones de dólares de los 350.000 millones aún disponibles del plan aprobado por el Congreso el año pasado irán destinados a evitar que miles de familias sufran el embargo de su vivienda.

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