(PD).- Los jefes de Gobierno y los ministros de Finanzas de los países europeos del G20 —Alemania, Francia, Reino Unido e Italia—, además de los de España, la República Checa, Holanda y Luxemburgo, ya están reunidos en Berlín para acercar posiciones de cara a la cumbre del grupo que tendrá lugar en abril.
«Tomaremos medidas preparatorias para acudir a Londres unidos y con ambiciones», adelantó el sábado la canciller alemana y anfitriona del encuentro, Angela Merkel, en el videomensaje que difunde semanalmente en su pagina de Internet.
Merkel aseguró que todos los países están trabajando para llevar a la práctica el plan de acción acordado por el G20 en Washington el pasado mes de noviembre.
Se trata de analizar el estado en que se encuentra el desarrollo de las decisiones tomadas durante esa reunión y plantear la posibilidad de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) informe periódicamente sobre los progresos.
Además, Alemania procurará que sus socios se unan a una declaración de principios sobre la sostenibilidad económica, con el fin de allanar el camino de regreso a una política de consolidación presupuestaria cuando se supere la actual crisis financiera.
Sin embargo, hay otra serie de temas que pesan sobre la cita de Berlín, como el temor a que algunos Estados de la Eurozona puedan caer en la bancarrota o el hecho de que la crisis bancaria pueda tener repercusiones en Europa.
Agenda de la cumbre
La cumbre ha comenzado con una reunión plenaria, en la que están presentes tanto los jefes de Gobierno como los ministros de Finanzas. En ella se analizará el estado en que se encuentra el proceso iniciado en Washington, tanto en lo referente a la construcción de una nueva arquitectura financiera mundial como en cuanto al manejo de las crisis agudas.
Más tarde, los ministros mantendrán un almuerzo de trabajo, aparte del de los jefes de Gobierno, en el que el tema central serán las posibilidades de mejorar la cooperación internacional en lo referente a la supervisión de instituciones financieras.
También se estudiarán herramientas que hagan posible mejorar la efectividad del trabajo del Banco Mundial y del FMI y que permitan a esas dos instituciones una mayor flexibilidad en la concesión de créditos.
