(PD).- Cuando las cifras se acercan ya a los cuatro millones de parados, muchos son los españoles que se preguntan dónde están escondidos los sindicatos. Ya está aquí. Por fin. La crisis económica ha movido ya las tripas de los representantes de los derechos de los trabajadores y han convocado una gran manifestación en Madrid para el 19 de abril. Como era de esperar, van a exigir responsabilidades al Gobierno, pero …al de la Comunidad de Madrid. O sea, movilizaciones contra Esperanza Aguirre. No contra ZP, claro.
La campaña que UGT y CCOO de Madrid han emprendido en favor del empleo y la protección social y frente a la crisis y el abuso empresarial desembocará el 19 de abril en una manifestación por el centro de la capital tras haber pasado por varias regiones españolas. Los sindicatos advierten de que si no se ponen soluciones «la confrontación está cantada».
Los secretarios generales en Madrid de ambas organizaciones, José Ricardo Martínez y Javier López, han presentado esta campaña y un documento en el que exigen al Gobierno regional un Plan de Choque y un «compromiso político y social» que afronte, de manera inmediata, la situación de «emergencia» que vive la Comunidad.
Móstoles el próximo día 10, Getafe el 17 y, posiblemente, Villalba el 16 son los escenarios elegidos por ambas centrales sindicales para «reclamar en la calle» la adopción de medidas de estímulo productivo, de incentivación y de innovación empresarial, y de refuerzo de la protección social de los 600 trabajadores que cada día se quedan en paro.
A estos tres municipios se sumarán otros, independientemente del color político que les gobierne, hasta que el domingo 19 de abril sea el de Madrid el que albergue en sus calles, entre la plaza de Cibeles y la Puerta del Sol, una manifestación bajo el previsible lema de ‘Frente a la crisis y el abuso empresarial, empleo y protección social’.
Ambos sindicalistas han incidido en sus críticas hacia las propuestas «ridículas, grotescas y anticuadas» de las patronales CEOE y CEIM en cuanto a abaratar el despido y no someter a la autoridad laboral los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE).
Desde CCOO, su secretario general, Javier López, ha instado a los empresarios a «que se dejen de cuentos» y ha abogado por «echar de Madrid» a los «ladrillistas» para dar cabida a un empresariado «sano y comprometido» con el comercio, la industria y los servicios madrileños.
Su homólogo de UGT, José Ricardo Martínez, ha defendido el diálogo social como «principal argumento para salir de la actual situación de emergencia» y ha advertido de que un «desacuerdo» en las Mesas de Economía y Empleo abiertas con el Gobierno regional «tendrá consecuencias».
Entre las medidas incluidas en el Plan de Choque que reclaman ambos sindicatos destacan la creación de una ‘renta anti-crisis’ y una ‘carta de ayudas’ para los parados que empiecen a perder la protección por desempleo, así como una reorientación de las políticas de empleo y formación.
También demandan la articulación de medidas extraordinarias de financiación para las empresas, y el establecimiento de un sistema para que las administraciones afronten con rapidez sus pagos a proveedores y empresas.
Exigen además establecer líneas de avales públicos que permitan financiar la deuda de las familias, crear empleo público y ampliar y anticipar la inversión pública en infraestructuras. El citado Plan de Choque también plantea una política fiscal que grave a las rentas y patrimonios altos y aumente los ingresos públicos para hacer frente al coste de las anteriores medidas.
Proponen, por ello, recuperar en la Comunidad de Madrid los impuestos de Sucesiones y Donaciones y del Patrimonio, manteniendo exentas las rentas medias y bajas. López y Martínez han coincidido en que un tejido industrial «potente», unos servicios de calidad y la diversificación del sector de la construcción es el «el reto» que debe afrontar la economía madrileña.
LOS SINDICATOS SILENTES DE ZAPATERO
Quizá tenga algo que ver con el silencio contra Zapatero de los sindicatos los 437 millones de euros que se embolsaron la Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CC OO) en el último año. Dinero procedente de los trabajadores e, incluso, de los parados que se agolpan a las puertas del Inem.
Con estas cuentas y puesto que, como reconocen incluso desde el seno de UGT, “las aportaciones de los afiliados no dan ni para pagar la luz”, no es de extrañar que los sindicatos guarden silencio contra ZP ante la actual crisis económica y no hayan salido a ejercer la que es su principal labor, y por la que perciben 15 millones de euros del ministerio de Corbacho.
Eso sí, se movilizan contra Esperanza Aguirre.
