Merkel y Sarkozy trazan sus ‘líneas rojas’ frente al eje Brown-Obama

(PD).- El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha asegurado hoy que Francia y Alemania «hablarán con una sola voz» en la cumbre del G20, que empieza mañana en Londres. Sarkozy ha hecho estas declaraciones en una rueda de prensa conjunta con la canciller alemana, Angela Merkel, que ha insistido en la necesidad de crear una «nueva arquitectura para el sistema financiero mundial».

Merkel, que junto con el presidente francés ha subrayado en los últimos días en que la reforma de los mercados es más importante que los planes de estímulo económicos, por oposición a la insistencia de Gordon Brown y Barack Obama en aumentar los programas de estímulo, ha añadido que los países que no respeten las nuevas normas «deben de ser identificados».

Ambos gobernantes han señalado las que consideran «líneas rojas» de la reunión, entre las que figura su exigencia de que se publique una lista de paraísos fiscales. «Tiene que haber una lista de los (paraísos fiscales) que se nieguen a ser controlados», ha asegurado la jefa del Gobierno alemán, mientras el presidente francés ha afirmado que se ofrece ahora «una oportunidad histórica para moralizar un sistema que se ha vuelto inmoral».

Sarkozy, que ha amenazado con abandonar la cumbre que empieza mañana si no se llega a acuerdos sustanciales, ha dicho que la cumbre de Washington fue una cumbre de principios y que la de Londres es el momento de llegar a acuerdos concretos.

«Sentido de urgencia»

Por su parte, el presidente de EEUU, Barack Obama, ha afirmado hoy en su primer viaje oficial a Europa que los países miembros del G-20 deben actuar con un «sentido de urgencia» en la cumbre que empieza este jueves para hacer frente a la crisis económica mundial. En una rueda de prensa en Londres junto al primer ministro británico, Gordon Brown, Obama ha advertido de que solo se podrá resolver esta crisis si los países actúan juntos.

Por este motivo, ha hecho un llamamiento a la coordinación entre los gobiernos para superar cuanto antes el deterioro económico y, aunque ha asegurado que las diferencias entre países (EE UU y Reino Unido por un lado, Francia y Alemania por otro) «se han exagerado» y que están más en las formas que en el fondo, ha reseñado que su país «no puede ser el único motor» de la recuperación. En su opinión, después de la crisis todos tendrán que ir al mismo ritmo.

En este sentido, Obama ha salido al paso de la polémica sobre la necesidad de nuevos planes de estímulo defendiendo que «la realidad es que cada país ha contribuido para crear el mayor paquete fiscal que jamás se ha visto». «Todos los que estamos aquí tenemos la responsabilidad de acutuar con urgencia», ha añadido el presidente de EE UU.

En total, ha recordado, tras la anterior cumbre de Washington los diferentes gobiernos han puesto sobre la mesa 2 billones de dólares, algo que «nadie hubiera creído hace cinco o diez años». No obstante, ha vinculado sus pasadas declaraciones a favor de reforzar estos estímulos en que «es notable a la vista de la evolución de la crisis que hay que mejorar». Echando la vista atrás, además, ha admitido parte de la culpa de Estados Unidos en el origen de la crisis al afirmar que los sistemas de regulación estadounidenses «no fueron los adecuados».

Los cinco puntos básicos de Brown

Por su parte, Brown ha defendido que la recuperación de la crisis pasa por cumplir con cinco proyectos básicos: cambiar la regulación del sistema bancario internacional para hacerlo más transparente, impulsar el crecimiento económico, aumentar la cooperación y acabar con el proteccionismo sin olvidar a los más vulnerables.
Aunque ha reconocido que las negociaciones «serán difíciles». El premier británico también ha pedido a todos los presentes en la cumbre que no se limiten al «mínimo común denominador».

Sobre el primer punto, el anfitrión de la cita ha instado al G-20 a reforzar la colaboración entre los órganos de control de los diferentes países para saber cuáles son los riesgos del sistema para poder anticiparse a ellos y «establecer un modelo que pueda reducirlos».

«Hay un consenso grande sobre lo que hay que hacer», ha añadido en un intento por minimizar las diferencias previas que existen entre los miembros de este selecto club. Para Brown, «es mejor mirar hacia delante que hacia atrás», aunque, en cualquier caso, ha advertido de que «no se puede resolver el problema en una semana».

A continuación, Brown ha coincidido con Obama y ha hecho hincapié en que todo empeorará si no se actúa con rapidez. «Ya lo hemos visto en otras crisis», ha recordado antes de afirmar que habrá que tomar decisiones difíciles porque «los gobiernos deben actuar donde fallaron los mercados». Asimismo, ha resaltado que el grado de cooperación determinará la rapidez de la recuperación.

El borrador del comunicado de la cumbre, que circula ya entre los periodistas, habla de medidas para restablecer el crecimiento global, mantener «los beneficios de la globalización y la apertura de mercados» y «fomentar el comercio mundial». Según el borrador, los países del G-20 se reafirman, a pesar de las medidas ya tomadas en el sentido contrario, en su compromiso de «no levantar nuevas barreras a las inversiones o al comercio en bienes y servicios», a no «imponer nuevas restricciones comerciales ni crear nuevos subsidios a las exportaciones», compromiso que tendrá una validez de doce meses.

Zapatero apuesta por la «transformación» a partir de los «errores»

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha expresado su intención de llevar hasta la cumbre del G-20 que arranca mañana en Londres sus propuestas de «reformas que necesita la economía mundial». Invitado por el sindicato UGT a su 40º congreso confederal, Zapatero ha apostado por la «transformación» del sistema financiero internacional partiendo de los «errores y excesos» cometidos en el pasado.

Además, Zapatero, que viajará hoy mismo hasta la capital británica, ha reiterado las que son sus líneas fuerza de cara a afrontar la actual crisis. Esto es, un mayor esfuerzo en la «supervisión» de las entidades financieras; contribuir a un escenario de «crédito más estable»; no permanecer «impasible ante el escándalo de las retribuciones» a los altos cargos de la banca; comprometerse de forma «firme y radical» contra los «paraísos fiscales, y establecer «el principio de transparencia universal del sistema financiero».

«Necesito vuestro apoyo y cariño» ha manifestado ante el congreso de UGT el presidente del Gobierno quien además se ha comprometido a defender, en la que será su primera interveción en el G-20, que los representantes de los sindicatos tengan una voz permanente en este foro.

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