El Banco de España vaticina que la destrucción de empleo continuará aunque la economía se recupere – 13:01 h:

(PD).- La salida de la crisis no va a ser un camino fácil para la economía española y va a requerir medidas dolorosas. Éste es el principal mensaje que transmite el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez en su discurso ante el Consejo de Gobierno, dentro del informe anual de la institución publicado este martes.

«Es muy probable que el momento de mayor contracción de la actividad haya sido ya superado», dice Ordóñez, pero «el proceso de destrucción de puestos de trabajo puede prolongarse durante algún tiempo y la tasa de paro continuar todavía su senda ascendente».

Es la maldición que ha pesado casi siempre sobre la economía española. Durante las épocas de bonanza el crecimiento y la creación de empleo son sobresalientes y en las crisis, el castigo es mucho mayor. En opinión del gobernador, hay que aplicar reformas profundas para remover los obstáculos que impiden a la economía española «seguir avanzando en el proceso de convergencia con Europa»; es decir, en los niveles de renta y bienestar.

La persistencia en el deterioro del empleo hará, opina el gobernador, que no sea la demanda interna quien tire de la economía, sino más bien el sector exterior. El consumo y la inversión representan el 60% del PIB, lo que da idea de la poca fuerza con que se saldrá de la crisis. Que el sector exterior tire dependerá de que «se supere la crisis internacional» y de que la economía nacional sea capaz de salir del atolladero siendo más competitiva.

La demanda interna no puede esperar, por otra parte, mayores estímulos, a juicio de Ordóñez. Considera el gobernador que ya se ha hecho más que suficiente: «La magnitud del esfuerzo fiscal realizado por las autoridades españolas está siendo muy elevado y, en general, superior al de los países de nuestro entorno». Ahora la situación ha cambiado de forma «drástica» y la economía española se enfrenta al déficit y la deuda públicos nunca vistos. El gobernador es tajante al respecto: se han «agotado las posibilidades de la política fiscal para impulsar el gasto». La «tesis Solbes» se impone.

No hay dinero para más, dice Ordóñez, y el objetivo debe ser recuperar la estabilidad presupuestaria. Seguir con la mano tendida «podría incluso generar expectativas de subidas futuras de impuestos que podrían terminar esterilizando los efectos expansivos de las medidas adoptadas», dice Ordóñez. En esas parece estar el Gobierno cuando la pasada semana aprobó subidas en los impuestos de carburantes y tabaco y anunció una revisión de todas las partidas de ingresos y gastos en los Presupuestos de 2010.

La otra gran reforma pendiente es un clásico en el ideario de Fernández Ordóñez. El mercado de trabajo necesita más flexibilidad, en su opinión. En su discurso es algo menos concreto que en ocasiones anteriores, dada la polvareda que levantó hace unos meses su idea sobre el coste del despido. Ahora plantea que las condiciones laborales se ajusten al momento que vive la empresa; cambios en el sistema de contratación para que los trabajadores que han perdido su empleo puedan retornar a la vida laboral con prontitud; y las mejoras en el sistema de intermediación en el sistema laboral, la movilidad y la formación.

Hay otros sectores que requieren reformas como el de la formación profesional. También se necesita una mayor apuesta por el capital tecnológico que permita superar el desfase de la economía española en este terreno. Otros sectores que necesitan un impulso liberalizador son, según Ordóñez, las industrias de red y en concreto, las telecomunicaciones, el sector energético y el transporte ferroviario.

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