Botín pide que la política no interfiera en las fusiones de entidades bancarias

Botín pide que la política no interfiera en las fusiones de entidades bancarias

(PD).- Si va a haber intervenciones y procesos de reestructuración en el sistema financiero, es el momento de los técnicos, no de los políticos. El presidente del Grupo Santander, Emilio Botín, quiso lanzar ayer este mensaje en pleno debate sobre la reestructuración del sistema financiero.

De esta manera afirmó que «el Banco de España debería tener en todo este proceso plena capacidad para actuar sin interferencias políticas».

Explica Florentino Llera en El Economista que el presidente de la entidad, después de resaltar que nuestro sistema financiero ha resistido mejor que otros los efectos de la crisis, advirtió de que si en el futuro fuera necesario intervenir alguna entidad bancaria «sería deseable» que se hiciera «con sentido de anticipación, caso por caso y mediante el correspondiente plan de reestructuración de la entidad que lo necesite, siendo el Banco de España el encargado de promover y tutelar estas medidas».

Botín no ahorró calificativos a la institución que gobierna Miguel Ángel Fernández Ordóñez durante su intervención en la junta general de accionistas de la entidad al destacar su «excelente labor» al evitar que las entidades españolas asumieran riesgos excesivos. «La práctica de una inspección proactiva y físicamente presente es algo infrecuente en otros sistemas de supervisión, pero ha demostrado su utilidad en España», remarcó.

Ha pasado lo peor

Tras constatar la mejora sustancial de la liquidez en los mercados interbancarios, la recapitalización de las entidades y la progresiva corrección a la baja de los diferenciales de riesgo en los principales productos financieros, Botín concluyó que «muy probablemente hayamos visto ya lo peor de esta crisis» y fue más allá al afirmar que los problemas que han afectado a la banca extranjera se podían resumir en control deficiente de los riesgos y en una supervisión, a veces, inadecuada.

Y frente a esto se sitúa el modelo del Santander que Botín catalogó de «claro ganador en esta crisis» tras destacar que «tiene hoy una posición única dentro de la banca internacional». Sin embargo, el presidente de la entidad encontró un pero, el precio de la acción del que dijo «no estar satisfecho». No obstante, Botín aclaró que se mantendrá la proporción de los beneficios destinada a dividendos en el entorno del 50 por ciento y pago en efectivo. Y, en este sentido, la junta dio su unánime respaldo a la ampliación de capital por valor de 1.000 millones de euros para que los accionistas elijan recibir en efectivo o en acciones un importe equivalente al segundo dividendo a cuenta.

Y Botín cumplió la tradición. Aunque la cita anual con los accionistas del pasado ejercicio erró en su previsión de alcanzar los 10.000 millones de beneficio, de cara al cierre de 2009 sitúa la cifra en los 8.876 millones de euros, el mismo que alcanzó en 2008. Un objetivo que el presidente de la entidad consideró «todavía más difícil que el anterior», a pesar de que observó en la economía española «algunos indicadores que apuntan a una cierta mejora que todavía es frágil».

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