Las Comunidades Autónomas españolas mantienen 196 «embajadas» a pesar de la crisis

Las Comunidades Autónomas españolas mantienen 196 «embajadas» a pesar de la crisis

(PD).- Las Comunidades autónomas han tejido una red de delegaciones oficiales («embajadas»), oficinas de promoción comercial, patronatos de turismo, institutos de difusión cultural y hasta sociedades «para la promoción y reconversión industrial» que alcanzan ya a todos los continentes y se aproximan en número a los dos centenares, exactamente 196 en todo el mundo, según los datos del Gobierno.

Como explica Angel Collado en ABC, son todo un entramado institucional paralelo, descoordinado y al margen de la diplomacia y el servicio exterior del Estado (que cuenta embajadores en 190 países) con cientos de funcionarios y dirigentes políticos que tiene en el caso de la Generalitat catalana su máximo exponente: 46 delegaciones en el mundo, casi una cuarta parte del total.

El servicio exterior del ejecutivo autonómico de Montilla está ahora controlado por su vicepresidente, Josep Lluis Carod-Rovira, que a su vez tiene colocado al frente de la «Delegación de la Generalitat de Cataluña en Francia» -la representación más señera de sus «embajadas»- a un dirigente de la máxima confianza: su hermano Apel.les Carod-Rovira.

La sede se sitúa en uno de los mejores barrios de la capital francesa, en el número de la calle de la Boétie.

Comercio y diplomacia
Los datos, la «relación de oficinas o unidades administrativas dependientes de las comunidades autónomas o entes locales ubicadas en el extranjero», han sido remitidos al Congreso por el Gobierno y permiten dibujar una maraña de oficinas de promoción económica ligada a los intereses locales de las distintas regiones españolas.

Pero también el soporte de un servicio diplomático nada disimulado para las Comunidades controladas por nacionalistas y con aspiraciones a dar el salto a la condición Estado independiente o asociado como es el caso de Cataluña o, hasta hace poco, el País Vasco.

El imparable crecimiento del Estado de las Autonomías, pese a la recesión económica general y el endeudamiento que acumulan en sus propias cuentas, también está presente en su proyección en el exterior.

En el ejercicio de 2008, ya en plena crisis y con la tasa de paro disparada, las administraciones públicas han continuado creciendo en número de funcionarios.

Y la Generalitat catalana aprobó el mes pasado la creación de otra delegación, en esta ocasión en México, con el objetivo de «intensificar las relaciones bilaterales con las autoridades de México y los países de Centroamérica», en palabras de la portavoz del ejecutivo que preside Montilla, Aurora Massip.

Un delegado de la Generalitat de Cataluña en el extranjero tiene el rango de director general -cobra 87.500 euros anuales- y tiene a su cargo un número de funcionarios o asesores que oscila entre 5 y 10, según el peso económico o administrativo de la plaza en cuestión.

El gobierno autonómico, desde los tiempos de Jordi Pujol, se vuelca en las principales capitales europeas y de los Estados Unidos, además de en China. Pero también extiende su red de influencia a todos los rincones del planeta a través de oficinas de menor entidad, en ocasiones encargadas a ciudadanos particulares.

Ciudadanos particulares
El tripartito mantiene hasta cinco centros abiertos en Alemania o cuatro en los Estados Unidos y llega a tener un representante particular en Bogotá -Lluis Castellar-, según consta en la documentación enviada al Congreso con un detalle poco usual para lo que acostumbra el Ejecutivo de Zapatero, siempre renuente a entregar la información que afecta a su gestión directa.

A la mayoría de las capitales europeas, americanas y de países desarrollados de los demás continentes llega el Consorcio de Promoción Comercial de Cataluña (Copca).

En Alemania se suma la delegación como tal, la «embajada» política con sede en Berlín, además del Instituto Catalán de Industrias Culturales (ICIC) y un Centro de Promoción Cultural con sede en Frankfurt.

En Stuttgardt hay hay otro Copca. Un despliegue similar se da en Francia, con la delegación «de primera» encabezada por el hermanísimo de Carod y un Copca, ambas representaciones con sede en París. Además de otro Copca en Lyon, en Perpiñán, para los nacionalistas capital de «la Cataluña norte», hay una Casa de la Generalitat.

En Park Avenue
En los Estados Unidos están registradas otras cuatro oficinas de la Generalitat. Nueva York acoge la sede principal, situada en lo mejor y más caro de la capital: Park Avenue. Está complementado con el habitual Copca para las promociones económicas. La misma institución está en otras dos ciudades estadounidenses: Los Ángeles y Miami.

Le siguen en importancia las delegaciones en Londres: Copca, Oficina de Turismo e Instituto Catalán de las Industrias Culturales. El peso económico de China se constata con las dos oficinas de promoción comercial, uno en Pekín y otro en Shangahi.

En Iberoamérica, la Generalitat está presente en casi todas las capitales, desde México a Santiago de Chile, donde además de un Copca se registra un Centro Catalán. Tiene oficinas en toda América, desde potencias económicas como Canadá o Brasil hasta países de menor rango de desarrollo como Uruguay o Nicaragua.

Hasta Ucrania
Aparte de la europa de la Unión y con presencia reforzada en Bruselas En el resto del mundo, el gobierno autonómico catalán tiene representaciones en casi todos los países con peso internacional: La India, Rusia, Egipto, Marruecos, Suráfrica, Turquía, Australia, Japón o Emiratos Árabes. Hasta Ucrania llega la red de la Generalitat con una oficina de turismo.

EL DESMELE CATALÁN

La Generalitat catalana se lleva la palma en la creación de su propio servicio exterior, fue pionera y le da un evidente calado político a sus delegaciones, pero no es la única autonomía que extiende sus redes por todo el mundo.

Desde el Gobierno vasco, el PNV también organizó su red de influencias y representación, pero sobre todo en los países donde hay descendientes de vascos. Es la otra faceta de sumo interé para los gobiernos regionales: atender a los sectores de la emigración, a veces al margen de las embajadas «nacionales» para atraerse su voto. También es el caso también de la Xunta gallega.

Después del gobierno de Montilla, es el de la Comunidad Valenciana el que tiene más delegaciones por el mundo. Son 27 oficinas pero, a diferencia de las catalanas, sin aspiraciones de representación diplomática, exclusivamente dedicadas a la promoción económica. Por debajo de 20 sedes están Andalucía, Madrid y Galicia.

Las regiones con más emigración en el extranjero, como Canarias, Asturias y Galicia, extienden sus oficinas por los países de destino: principalmente en Iberoamérica. Todas las autonomías han establecido delegaciones en Bruselas como capital de la UE, para seguir de cerca todos los asuntos que afectan a sus intereses locales.

Reconvertir en La Habana
Con respecto a su población, el Gobierno vasco es el que tiene una mayor proyección en el exterior: 15 delegaciones en todo el mundo, desde Sangai a Santiago de Chile o Cuba, donde se sitúa una «sociedad para la promoción y reconversión industrial» (Ciudad de la Habana).

En los EE.UU. tienen oficina en Chicago, mientras que en México también imitan el modelo catalán con un «delegado» del Gobierno vasco como tal y un «asesor de relaciones exteriores».

En Nicaragua hay un «Fondo Vasco», mientras que en Brasil se registra una sociedad para la reconversión industrial, como la anteriormente mencionda en la caso de La Habana.

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