España es una de las naciones del mundo con mayores problemas de envejecimiento de la población. Según las previsiones de la División de Población de Naciones Unidas, en 2050 el número total de españoles mayores de 65 años equivaldrá al 35% de la población total y al 67% de la población en edad de trabajar. Sólo Japón, Portugal, Bosnia-Herzegovina, Cuba, Corea del Sur e Italia tendrán porcentajes aún peores que los de nuestro país. Sin duda, este hecho tendrá repercusiones sobre el sistema de pensiones.
La Comisión Europea y la OCDE estiman que, en 2050, España dedicará el 14% del PIB al pago de pensiones públicas, frente al 10,7% de 2010. Es el noveno porcentaje más alto de entre los países de la OCDE. Ahora bien, a la hora de realizar esas proyecciones, tanto los técnicos de la Comisión como los de la Organización han tenido en cuenta el impacto sobre los pagos por prestaciones de jubilación que tendrán las reformas que se vienen llevando a cabo en el sistema de pensiones. Las más importantes son la elevación a 67 años de la edad de jubilación, la ampliación progresiva del periodo de cómputo de la pensión a toda la vida laboral, la introducción del factor de sostenibilidad -que ajusta cada cinco años la cuantía de la pensión en función de la esperanza de vida, con el fin de evitar el déficit del sistema de pensiones- y la aplicación de un nuevo índice para la revalorización de las pensiones. De este conjunto de medidas, la ampliación del periodo de cómputo y el factor de sostenibilidad supondrán una reducción de la pensión, en relación con la que se percibiría sin la reforma, de entre el 30% y el 35%. ¿Qué impacto tendrá esto sobre la pensión?
La pensión media en España, según datos de Eurostat de 2011, es de 1.355,52 euros mensuales, muy por debajo de los 2.188,46 euros de media para la Unión Europea y de los 2.422,12 euros de promedio de la zona euro. Además, en la actualidad, la pensión pública que recibe un español en el momento de la jubilación representa el 73,9% de los últimos salarios percibidos, un porcentaje solo superado por Grecia, Luxemburgo y Nueva Zelanda de entre todos los países de la OCDE. En cambio, naciones como Alemania, Francia e Italia, con pensiones más altas que en España, tienen tasas de reposición respecto al salario del 42%, 64,8% y 71,2% respectivamente. Por tanto, si las medidas de reforma del sistema de pensiones que se están tomando en España van a rebajar la cuantía de la prestación, esa tasa de reposición se reducirá, posiblemente al entorno del 50% del último salario percibido.
Un problema adicional es que, en España, el ahorro privado para la jubilación es bajo. De acuerdo con los datos de la OCDE, solo el 18,6% de los españoles en edad de trabajar cuenta con un plan de pensiones. Además, el patrimonio de este instrumento de ahorro en España es bajo: representa el 7,8% del PIB, frente a una media del 73,8% para el conjunto de la OCDE. Por tanto, el camino para tener unos ingresos más próximos al salario en el momento de la jubilación pasa por incrementar el ahorro para este fin.