Los empleos más seguros se relacionan con la medicina y la sanidad

Diez profesiones en peligro de extinción

El desarrollo de la robótica y las tecnologías de la información y las comunicaciones pone en peligro el futuro de una serie de profesiones susceptibles de ser desempeñadas por las máquinas

Diez profesiones en peligro de extinción
Teleoperadora

En un estudio titulado The Future of Employment: How Susceptible are jobs to computerization? (El future del empleo: ¿Cuán sensibles a la informatización son los puestos de trabajo), Carl Benedikt Frey y Michael A. Osborne, dos investigadores de la Universidad de Oxford, han examinado más de 700 tipos de empleo para saber cuáles tenían las mayores posibilidades de ser desempeñados por máquinas en un futuro inmediato.

Basándose en un algoritmo complejo y en las predicciones de Keynes sobre el desarrollo del que denominó ‘paro tecnológico’, los dos investigadores han establecido una clasificación de las profesiones en función de su posible informatización, entendiendo por tal la sustitución de personas que desempeñan ciertas tareas repetitivas por máquinas u ordenadores.

En lo más alto de la clasificación se encuentran los puestos de trabajo con menor probabilidad de ser ocupados por máquinas. Este es el caso de la mayor parte de los empleos relacionados con la sanidad y la medicina (médicos, psicólogos, dentistas, cirujanos,…), pero también el de los empleos que tienen una relación directa con el ser humano (responsable de recursos humanos, sacerdote, antropólogo,…) y con la naturaleza (hidrólogo, biólogo, guarda forestal).

En la cola del pelotón se encuentran aquellas profesiones con una probabilidad de informatización próxima al cien por cien. Los puestos de trabajo afectados son numerosos y se enfrentan a un riesgo muy elevado de desaparición. Los diez más amenazados son los siguientes:

1. Teleoperador de marketing. Es el empleo con mayores posibilidades de ser automatizado en los próximos años. De hecho, ya han empezado a utilizarse robots en lugar de personas para este tipo de tareas.

2. Funcionario del registro civil. Con la digitalización de muchos documentos (partidas de nacimiento, de matrimonio o de defunción), las personas que trabajan en los registros civiles corren el riesgo de quedarse sin ocupación. ¿Avance o atraso? Depende del tiempo necesario para obtener un pasaporte o un DNI.

3. Cosedora. Después de mucho tiempo, el trabajo manual en los talleres de costura será remplazado por máquinas que funcionarán día y noche. En cambio, el oficio de modista o sastre, en especial en el mundo de la moda y de la alta costura, no corre peligro de verse mecanizado.

4. Técnico en matemáticas. Quienes trabajan en la aplicación de fórmulas matemáticas estándar para la resolución de problemas tecnológicos se ven seriamente amenazados por los ordenadores.

5. Agente de seguros. En el futuro, el cálculo de los riesgos relacionados con un contrato de seguro será hecho por ordenadores, los cuales evaluarán si es necesario cubrir un riesgo o no. Seguramente, los contratos de seguro ganarán en claridad.

6. Relojero. El oficio de los especialistas en relojes antiguos o de colección no se verá amenazado. Pero las relojerías de barrio se verán desafiadas por la tecnología y los relojes inteligentes.

7. Agentes de fletes. En la era de la localización por radiofrecuencia y la logística automatizada, las formalidades ligadas al transporte y flete de cargamentos serán realizadas sin intervención alguna del ser humano.

8. Técnico de laboratorio fotográfico. El auge de la fotografía digital debería acabar con los especialistas en revelado de fotografías. ¿Es el fin de las películas?

9. Administrativo de banca. Ya no será necesario hacer cola frente al mostrador o la mesa del empleado de banca para abrir una cuenta. La atención directa personal al cliente será cada vez menos frecuente.

10. Bibliotecario. En muchas bibliotecas, cuando se pide consejo o ayuda a un bibliotecario lo normal es que le indique a uno el ordenador más próximo para encontrar el libro que uno busca. Los robots también podrían hacer perfectamente la colocación de los volúmenes en sus respectivos lugares en las estanterías de la biblioteca. Sin embargo, los bibliotecarios podrían tener siempre un papel que desempeñar en la orientación sobre los libros o en el estímulo, sobre todo a la hora de orientar al público más joven en relación con los recursos físicos y online.

 

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Autor

Emilio González

Emilio González, profesor de economía española, europea y mundial en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Autónoma de Madrid.

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