2015 ha empezado con un nuevo desplome del petróleo. En estos primeros días, la cotización del crudo ha caído un 10% y se ha situado por debajo de los 50 dólares, tanto para el barril de Brent, el que sirve de referencia en Europa, como para el de WTI estadounidense. Y este año podríamos ver su precio por debajo de los 40 dólares el barril e, incluso, por debajo de los 30.
Para hacer este pronóstico no es preciso consultar a una pitonisa, ver en la bola de cristal o echar las cartas. Basta con observar el mercado de futuros y, en concreto, el de las opciones put. Una opción put da a su poseedor el derecho -pero no la obligación- a vender un activo a un precio predeterminado hasta una fecha concreta. Grosso modo, si uno adquiere una opción put que le da derecho a vender un barril de petróleo a, por ejemplo, 40 dólares, y el precio del crudo cae a, también por ejemplo, 35 dólares, entonces el poseedor de la opción ganará 5 dólares por barril en la fecha de vencimiento de la opción. En consecuencia, si un inversor piensa que el precio del crudo seguirá bajando, comprará este tipo de opciones que le permiten ganar dinero pese a la caída de la cotización.
Pues bien, el pasado martes día 6 de enero de 2015, los inversores tenían en su poder 22.537 opciones que les permiten vender petróleo WTI a 50 dólares el barril el próximo febrero, frente a un total de 193 contratos de este tipo a principios de diciembre. A su vez, el número de contratos de opciones con un precio de ejercicio de 45 dólares pasó de 8 a 36.113, mientras que los de precio de ejercicio de 40 dólares subieron de uno a 9.864, según datos del Nymex. Es decir, las apuestas para febrero se inclinan por precios por debajo de los 45 dólares y dan por seguro, en cualquier caso, que estará por debajo de los 50 dólares.
Ahora bien, no crean que los inversores profesionales piensan que la caída del petróleo se va a detener en esos niveles. Que va; para nada. Los contratos de opciones de precio de ejercicio 30 dólares por barril, con vencimiento en marzo, han pasado de 34 a 2.127 y, lo que es más significativo, el número de ese mismo tipo de contratos, pero con vencimiento en junio, ha pasado de 35 a 51.252. Dicho de otro modo, el mercado espera un precio del petróleo por debajo de los 30 dólares a mediados de año. Incluso, han empezado a venderse opciones con precio de ejecución 20 dólares y ya se han firmado 176 contratos.
No crean, sin embargo, que la compra de este tipo de opciones es una mera apuesta de casino. Ni mucho menos. Los inversores que utilizan este tipo de contratos son muy sofisticados. En su gran mayoría se trata de profesionales, como fondos de inversión o banca de inversión, en general muy bien informados y que emplean instrumentos de análisis muy sofisticados a la hora de decidir dónde colocar el dinero. Y esos inversores se están fijando en la realidad del mercado mundial de petróleo. En este sentido, los inversores consideran que las exportaciones de petróleo estadounidense seguirán creciendo porque observan que el empleo se mantiene o sigue aumentando en sectores relacionados con el petróleo como la producción de tuberías para pozos y oleoductos, la extracción de crudo y los servicios relacionados con el petróleo.
Por el lado de la oferta también observan que la producción en Iraq sigue creciendo y que Irán está a punto de retornar a los mercados mundiales como ese gran productor, detrás de Arabia Saudí, que fue en el pasado, antes de las sanciones internacionales. Por su parte, Arabia Saudí sigue insistiendo en no recortar la producción y dejar que el mercado expulse a los productores menos eficientes. A fin de cuentas, los árabes ganan dinero con un petróleo incluso a 10 dólares y, además, tienen también empresas de refinado y petroquímicas para extraer y producir los más de 200 productos derivados que se pueden obtener del crudo, como las gasolinas, los asfaltos y betunes o los plásticos. Y Rusia, mientras tanto, está produciendo como loca para tratar de arrebatar cuota de mercado europeo a los productores del resto del mundo. Y todo ello mientras las economías emergentes, de donde procede el gran crecimiento de la demanda mundial de petróleo, siguen desacelerándose, en especial China.
En consecuencia, en 2015 podremos beneficiarnos de un petróleo mucho más barato, que ayudará a la recuperación económica, sobre todo si se consigue que la caída de su cotización se traslade de verdad a los precios de la gasolina, el gasoil y el gas natural y a los del transporte, incluyendo el taxi y el avión.