«La educación es la base de la vida de una persona. En la infancia es donde se asientan precisamente esas bases para la construcción de este «edificio», en la adolescencia se refuerzan sus cimientos y durante la etapa adulta se interiorizan los valores aprendidos», dice Ranstad, empresa de trabajo temporal, en su blog tendencias360 y añade que el mundo laboral es un escenario fundamental en el desarrollo personal de los individuos, que define valores tan importantes como la responsabilidad, la autonomía y la estabilidad emocional. «De ahí radica la importancia de desarrollar valores educativos, desde la niñez, que refuercen la aptitudes laborales en el futuro».
Y es que, actualmente, en España el porcentaje de abandono prematuro de la escuela es de un 29% frente a un 14% que existe en la Unión Europea. Esta situación deja a una gran cantidad de jóvenes sin formación frente a la escasa oferta del mercado actual, lo que provoca que una parte de la población entre 16 y 30 años no tenga un buen nivel de estudios y tampoco trabajo. Es decir, lo que se empezó a denominar hace unos años como ‘ninis’.
James Heckman, profesor en la Universidad de Chicago y Premio Nobel, afirma en sus trabajos de investigación que la inversión en educación es fundamental. Además, según Heckman «es más rentable invertir en párvulos que en bolsa» y lo acredita con resultados científicos.
Heckman defiende que, sobre todo, «los primeros años son decisivos para la génesis de las aptitudes cognitivas que se refieren a la capacidad de compresión que tiene un individuo para procesar la información que se le da». Con lo que concluye que invertir en educación es invertir en el futuro.
Una opinión que comparten muchos expertos que dedican buena parte de su tiempo a estudiar en profundidad el tema. Entre ellos, Marta Graño, empresaria y colaboradora económica de ESADE y autora del artículo: ‘La importancia de invertir en educación’ en el que dice, entre otras cosas, que la educación es el pasaporte al futuro… y no sólo para cada una de las personas individualmente, sino también para la sociedad en su conjunto…».
La urgencia de invertir en educación es apremiante. No es una propuesta superficial, está fundamentada en que conocemos el impacto que tiene la educación en nuestra sociedad gracias a múltiples estudios científicos realizados a lo largo de las últimas décadas… y las conclusiones coinciden: mejor educación = mejor futuro. La educación es un activo estratégico fundamental para el crecimiento social y económico. Economía y educación son vasos comunicantes».
Marta Graño nos remite a la teoría del capital humano, formulada por Theodore W. Schultz. «Por primera vez en la historia, se consideran los conocimientos educativos como una forma de inversión. Con la Educación, las personas consiguen mejorar sus conocimientos y habilidades, y con ello elevar su nivel y calidad de vida», señala.
Ranstad añade en su blog que la relación existente entre estudios y trabajo está presente en la sociedad. «La suma de lo que se haya estudiado más las ganas que se tengan de aprender y de trabajar dan como resultado una mayor probabilidad de poder elegir un puesto de trabajo que se adapte al perfil y a los gustos de la persona. Una buena educación y una fuerte motivación son el mejor impulso hacia el futuro».