Un buen número de comercios y pequeñas empresas de servicios no aceptan los pagos con tarjetas, sobre todo para importes pequeños, por el coste de los terminales de punto de venta (TPV), entre otros motivos. Esta actitud puede ser contraproducente, ya que la aceptación del pago con tarjeta permite retener hasta un 24% de la clientela, que opta en un buen número de casos por aquellos que sí aceptan sus plásticos para el pago de un producto o un servicio. La mayoría de los españoles responden a esta tendencia, aunque el efecto es mucho más acusado en el Reino Unido y entre los consumidores más jóvenes.
Pese a los esfuerzos por parte de la industria de los medios de pago por reducir al máximo el pago en efectivo, esta modalidad predomina entre muchos consumidores para hacer frente al pago de algunos bienes y servicios, sobre todo aquellos de pequeño importe.
No obstante, el rechazo al pago con tarjeta por parte de algunos comercios o pymes puede originarles la pérdida de clientes potenciales hasta en un 24%. Esos consumidores no sólo dejan de adquirir determinados bienes y contratar determinados servicios por ese motivo, sino que dejan de acudir a esos pequeños empresarios que sólo admiten el pago en efectivo.
Según un estudio de Visa Europe realizado en cinco mercados europeos, más de la mitad de los consumidores españoles entre 16 y 65 años (54%) indicaron que prefieren comprar en negocios que acepten pagos con tarjeta antes que en otros que no admiten esta modalidad.
Entre los titulares de las tarjetas de los cinco países que ha abarcado este estudio, un 15% manifestaron que, en los 12 meses previos a agosto de 2014, habían dejado de realizar una compra cuando se encontraron con que no contaban con la opción de pagar con tarjeta, mientras que el 12% optó por la adquisición en otro comercio en el que sí aceptasen pagos con tarjetas.
En el caso de España, por cada cliente que regresó al comercio al día siguiente que le rechazaran el pago con su tarjeta, 2,5 clientes recurrieron a comprar en un competidor que sí aceptaba esa modalidad de pago. Es decir, el 21% de los clientes potenciales se esfuman ante esos comercios o pymes.
Más acusada es esta tendencia en el Reino Unido y, sobre todo, entre los consumidores más jóvenes (entre 16 y 34 años). El 24% de ese segmento de clientes reconoce que el rechazo al pago con tarjeta les ha llevado a no realizar la compra de un producto o un servicio. Los alemanes no se sitúan muy lejos, ya que el 23% se confiesa en el mismo sentido.
PREFERENCIA POR IMPORTES
La mayoría de los titulares de tarjetas (57%) de este estudio muestra su preferencia por el pago con tarjetas a productos y servicios que cuesten entre 21 y 100 libras, un porcentaje que crece hasta el 71% para transacciones por un importe superior a las 100 libras.
Según Visa Europe, estos datos invitan a pensar que esos consumidores parecen querer la seguridad y comodidad de los pagos con tarjetas especialmente para las operaciones por importes más altos. Caroline Drolet, responsable de soluciones para comercios en Visa Europe, afirma que «los TPVs móviles responden a este deseo de los consumidores de pagar con tarjeta y por eso su popularidad entre las pymes tiene buenos motivos para estar creciendo».
En su opinión, esos terminales son «la solución ideal para los pequeños comercios y para aquellos negocios que se desplazan hasta sus clientes, como los fontaneros a los agentes de venta. Tener una forma cómoda y segura de aceptar pagos en cualquier lugar es muy importante, especialmente cuando los clientes pagan importes más altos y el efectivo es menos práctico».
