Especialmente para jóvenes de 16 a 34 años con elevada formación

Las jubilaciones generarán 7,6 millones de empleos en la próxima década

Siete de cada diez nuevos puestos de trabajo creados en la próxima década serán de alta cualificación: directores y gerentes; técnicos y profesionales científicos e intelectuales; y técnicos y profesionales de apoyo

Las jubilaciones generarán 7,6 millones de empleos en la próxima década
Universitarios.

Durante la próxima década las oportunidades laborales para los jóvenes españoles mejorarán debido al amplio relevo generacional que tendrá lugar. Ahora bien, las probabilidades de encontrar trabajo se concentrarán en los jóvenes más cualificados -por su nivel formal de estudios y de competencias adquiridas-, mientras que los niveles formativos más bajos quedarán fuera del mercado.

Así lo recoge el informe del Ivie, Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, y la Fundación BBVA, La formación y el empleo de los jóvenes españoles. Trayectoria reciente y escenarios futuros. El estudio analiza en profundidad los problemas laborales de los jóvenes de 16 a 34 años durante las tres últimas crisis, el papel de la formación y las perspectivas de para la próxima década.

Habla, por ejemplo, de cómo los jóvenes con estudios postobligatorios (desde bachillerato y formación profesional hasta universitarios) tienen una probabilidad mayor de estar ocupados. Ahora bien, además de los años de formación importan mucho las competencias entendidas como destrezas y conocimientos efectivamente adquiridos: un buen aprovechamiento educativo aumenta la probabilidad de inserción laboral tanto como poseer estudios superiores.

España se diferencia de muchos países de la OCDE por tener porcentajes muy elevados de jóvenes con escasos niveles de competencias. Incluso entre los que tienen estudios superiores escasea el nivel competencial más alto: solo alcanza un 5%, frente al 14,7% promedio de la OCDE.

La importancia de ofrecer formación a los parados, sobre todo a los menos preparados, es uno de los aspectos más destacados por el estudio. El desempleo representa una pérdida de oportunidades de adquirir capital humano y además, en el paro las competencias de los desocupados se van quedando obsoletas. Ambos riesgos se deben combatir ofreciendo a los jóvenes parados formación dual que combina la vuelta a las aulas y las prácticas en empresas.

En cuanto a las respuestas activas y pasivas a la crisis del empleo, continuar la formación, buscar oportunidades de empleo en otros lugares y emprender son las tres vías por las que los jóvenes españoles han respondido más activamente a la crisis. En todas ellas la formación actúa como una palanca que impulsa este tipo de respuestas: los titulados superiores – universitarios y de formación profesional- continúan formándose en mayor proporción, están más abiertos a la movilidad y tienen tasas de actividad emprendedoras más elevadas. Entre los jóvenes más formados, las tasas de actividad emprendedora actuales ya han recuperado los niveles de 2005 y, gracias a su preparación, es menos probable el abandono de la actividad una vez iniciada.

Los autores analizan y consideran preocupante es la situación de los ni-ni que buscan trabajo y no lo encuentran, y en especial el hecho de que más del 60% de ellos carece de estudios postobligatorios y, sin embargo, no realiza ningún tipo de formación (más de 300.000 jóvenes menores de 25 años).

Habla también el documento del Ivie de las tendencias en el futuro y de las oportunidades en la próxima década en la que, los jóvenes, van a tener más oportunidades de trabajo por una cuestión demográfica. En el horizonte 2013-2025, las previsiones de puestos de trabajo a cubrir (tanto por creación neta de empleo como por jubilaciones) van de 7,2 millones en el escenario pesimista a 9,7 en el optimista.

Esos nuevos puestos de trabajo corresponderán en gran medida a ocupaciones que exigen más formación, de modo que la mayor parte de las oportunidades (alrededor del 60% del total de cada uno de los escenarios) corresponderán a jóvenes con estudios superiores. En cambio, apenas habrá oportunidades para quienes carezcan de formación postobligatoria, llegándose incluso a destruir empleo neto de este tipo en el escenario pesimista.

El aumento neto del empleo se va a concentrar en los puestos de trabajo que exigen mayor cualificación (directores y gerentes, técnicos y profesionales científicos e intelectuales, o técnicos y profesionales de apoyo) que, en gran medida, responden a las características de los titulados con estudios universitarios o formación profesional superior.

Entre las ocupaciones que más aumentarían destacan los técnicos y profesionales de apoyo, con un crecimiento medio anual del 2,6% y absoluto de hasta 779.000 empleos. También se esperan aumentos netos en los empleos administrativos (145.000), especialmente los orientados al trato con clientes (con un incremento de 395.000), mientras los puramente administrativos descenderán (-250.000) debido a la creciente automatización de esas tareas.

Por sectores de actividad, se prevé que tengan un peso progresivamente mayor los servicios privados. La evolución de la industria y la construcción estará más condicionada por la situación cíclica, mientras que, previsiblemente, continuará la tendencia a la reducción del empleo en el sector público. En sanidad y educación las previsiones de creación de empleo son negativas, pero se corresponden con un escenario de graves dificultades financieras de las administraciones públicas españolas, por lo que la situación podría cambiar sustancialmente de aquí a 2025.

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Autor

Emilio González

Emilio González, profesor de economía española, europea y mundial en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Autónoma de Madrid.

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