De ella están saliendo profesionales con título y una empresa bajo el brazo

La Universidad, el espacio más adecuado para impulsar la creación de empresas

De las grandes, como la Universidad Europea o la Universidad Politécnica de Madrid, han surgido en los últimos años cientos de emprendedores

La Universidad, el espacio más adecuado para impulsar la creación de empresas
Universidad Politécnica de Madrid

Las universidades públicas y privadas pueden ser unas eficientes incubadoras de emprendedores. Si en la década de los 90 la mayor parte de los universitarios sólo pensaba en presentarse a una oposición o acceder a un buen empleo, los universitarios actuales están mucho más cerca de ser emprendedores que funcionarios o empleados.

Este es el camino que han elegido algunas de las principales universidades españolas, que están fomentando desde el primer día en el campus que sus alumnos conviertan sus ideas en proyectos reales, aplicando los conocimientos adquiridos en la universidad e incorporando como mentores a los profesionales de su entorno.

«De las principales universidades españolas están saliendo profesionales con un título y una empresa debajo del brazo; las Universidades han sabido combinar el conocimiento con la realidad empresarial, y han creado un entorno donde sus alumnos, con solo 18 años, aprenden a convertir ideas en proyectos internacionales», explica Raúl del Pozo, fundador de Cink Emprende, que añade que las universidades tienen la obligación de acercar la realidad empresarial a sus alumnos de una forma 100% práctica.

Existen ejemplos destacados, como la Universidad Europea o la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), que han dado lugar en los últimos años a cientos de empresas. Cabe destacar la Universidad Europea, donde su recién inaugurado campus de Alcobendas ha sido bautizado como Campus «Empresa + Emprendimiento», y en el que ha creado su propia incubadora Hub Emprende donde se aceleran startups. Sus alumnos han evolucionado desde la idea hasta la constitución de la empresa mientras realizaban su formación universitaria. No obstante, en opinión de Raúl del Pozo, «el principal objetivo es conseguir elevar la tasa de creación empresarial, que actualmente se encuentra por debajo del 5% del número de ideas que se generan en las aulas».

Las principales razones por las que una empresa fracasa en sus primeros tres años de vida son contar con un equipo fundador no equilibrado en competencias o desarrollar un producto sin interés para el mercado. Dentro de un centro universitario, y gracias a los mentores con los que cuenta el ecosistema, esos errores se van refinando para conseguir proyectos con un equipo involucrado, un producto analizado y un modelo de negocio testado.

«Las universidades españolas han visto el camino que han marcado otras en el pasado. Todos conocemos los casos como el de Larry Page, que fundó Google junto a Sergei Brin mientras ambos estudiaban en Stanford, o Bill Gates, quien en 1975, siendo aún estudiante en la Universidad de Harvard, fundó la empresa de software Microsoft. Sin embargo el mejor ejemplo es el Massachusetts Institute of Technology (MIT), cuyo impacto es tan grande que las empresas activas creadas por sus exalumnos sumarían un volumen equivalente a una de las 10 economías más importantes del mundo», insiste Raúl del Pozo.

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Autor

Emilio González

Emilio González, profesor de economía española, europea y mundial en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Autónoma de Madrid.

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