ADAPTACIÓN A LA ECONOMÍA DIGITAL

¿Cuándo tenemos nuestras mejores ideas?

Las buenas ideas cotizan al alza, y cada vez más. Pero, en contra de lo que pudiera parecer, estas no surgen cuando la gente se siente fresca y descansada, sino cuando las personas están agotadas mentalmente

¿Cuándo tenemos nuestras mejores ideas?
El vocalista de jazz Bobby McFerrin. EFE/Archivo

La creatividad es un valor en alza en la economía que nos ha tocado vivir. Se necesitan buenas ideas para sacar el máximo partido a la economía digital, para adaptarse a ella, para crear empresas, para sobrevivir en el día a día o, simplemente, para salir del paro. Se precisa ser creativo para resolver problemas sociales.

¿Cuándo cree usted que surgen las mejores ideas, incluidas las suyas propias? ¿Cuándo está fresco y descansado a primera hora de la mañana, después de dormir bien la noche anterior? ¿Tras un paseo o una sesión en el gimnasio? ¿A mitad de su jornada de trabajo, cuando ya está concentrado en sus tareas?

Pues no. En contra de lo que parece, de lo que dicta el sentido común, las mejores ideas, las más creativas, surgen cuando la gente está agotada mentalmente. Esto es lo que dice un trabajo de investigación titulado The role of (dis)inhibition in creativity: decreased inhibition improves idea generation, publicado en la revista académica especializada Cognition.

Los autores del artículo -Rémi Radel (Universidad de Nice Sophia-Antipolis), Karen Davranche (Universidad de Aix-Marseille), Marion Fournier (Universidad de Nice Sophia-Antipolis) y Arne Dietrich (Universidad Americana de Beirut)- pidieron a un grupo de estudiantes de grado que jugaran a un juego de ordenador en el que tenían que descubrir la dirección de una flecha ignorando la de las flechas que la rodeaban. Un grupo de estudiantes jugó con una versión en la que todas las flechas señalaban en la misma dirección; otro grupo lo hizo con una versión en la que las flechas señalaban en direcciones opuestas.

A continuación, los estudiantes realizaron una serie de test verbales. En uno de ellos, tenían que proponer nuevos usos para objetos comunes como clips sujetapapeles y periódicos.

Pues bien, para sorpresa de los investigadores, los estudiantes que jugaron con la versión que exigía más concentración (aquella en la que las flechas señalaban en direcciones distintas) fueron más creativos que los del otro grupo. Según el artículo, esto se debe a que las tareas que exigían atención agotaron la inhibición de los participantes, esto es, la capacidad de su cerebro de eliminar de la conciencia la información innecesaria. Es como si el agotamiento mental eliminara todos los corsés que limitan nuestra creatividad y permitieran que ésta fluya libremente, sin ataduras, por nuestro cerebro.

Estos resultados encajan con los de la investigación de Charles J. Limb (John Hopkins University), publicada en la revista académica PLoS One bajo el título Neural substrates of spontaneous musical performance: an FMRI study of jazz improvisation. Limb estudió la actividad cerebral de los músicos de jazz y de los raperos y descubrió que cuando estos artistas estaban creando algo nuevo, la parte de sus cerebros asociada con la inhibición estaba más tranquila.

Las implicaciones de estos descubrimientos son inmediatas. Si se quiere ser más creativo, hay que reducir las inhibiciones propias, por ejemplo, realizando tareas que requieran mucha concentración, como hacer crucigramas. O aprovechar al llegar a casa después de un día de trabajo duro y poner a trabajar al cerebro haciendo algo creativo.

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Autor

Emilio González

Emilio González, profesor de economía española, europea y mundial en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Autónoma de Madrid.

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