Artículo de opinión

William Cárdenas: España, de la burbuja inmobiliaria al coronavirus

La crisis económica que nos dejará el coronavirus hará palidecer la del 2008

William Cárdenas: España, de la burbuja inmobiliaria al coronavirus
Impacto económico del coronavirus PD

No ha pasado tanto tiempo desde aquel 2008, cuando quienes se atrevían a advertirle a José Luis Rodríguez Zapatero que se avecinaba una crisis de extraordinarias dimensiones, eran tildados de agoreros y traidores a la patria. Rodríguez Zapatero se negaba a aceptar la realidad que como una bomba estallaba ante sus ojos.

En aquella ocasión la causa fue la crisis global originada en las hipotecas subprime de los EE.UU, que tuvo un efecto dominó en las economías de todo el mundo, y que fue particularmente grave para algunos países, en los que su liderazgo o autoridades económicas tardaron en reconocer lo que estaba pasando.

El estallido de la burbuja inmobiliaria implicó el despido de millones de trabajadores, que alcanzaron las tasas del 20% para hacer llegar las cifras del desempleo a 5 millones de trabajadores. De esta crisis, 12 años después, todavía no nos hemos recuperado totalmente. 

En estas circunstancias, nos llega el coronavirus, esta vez repitiéndose la historia de un Ejecutivo con Pedro Sánchez y Pablo Iglesias a la cabeza, que se negó, por negligencia, torpeza o dolo, a reconocer lo que se nos venía encima. Prefirieron priorizar manifestaciones en todas las ciudades de España, que atender las recomendaciones que les advertían del serio riesgo en que nos encontrábamos.

Así, cuando el 14 de marzo se decidió el “Estado de Alarma”, ya era tarde. Se había perdido mes y medio, por lo que el confinamiento de la población, medida subsidiaria a la incapacidad para protegerla debidamente, no impidió que nos convertiremos en el 3er país con más muertes por efecto del coronavirus, con más de 15.000 fallecidos.

Se reaccionó tarde y mal, como el 2008, pero además, la medida de paralización de la economía como consecuencia del confinamiento, va a dejar secuelas que harán palidecer los efectos de la burbuja inmobiliaria.

Por lo pronto, el turismo, la locomotora de nuestra economía, se tambalea. El turismo había soportado el peso del derrumbe de la construcción, y el año 2019, con más de 84,3 millones de turistas, dejaba claro que estaba en pleno proceso de crecimiento, tirando del carro y del lastre que había dejado la parada de la construcción.

Ante este escenario, Pedro Sánchez acaricia la idea del confinamiento total, como lo informa el diario ABC en su edición del 9 de abril, cerrando nuestras fronteras, en la clásica respuesta de causa-efecto, dominada por los impulsos y el miedo, pero sin explorar las estrategias más convenientes para dar una solución adecuada al problema. Todo su esfuerzo y esperanzas se centran en que la Unión Europea apruebe los Coronabonos!

En un momento tan crítico como éste, Pedro Sánchez no está sólo, también escuchamos a los aliados del gobierno, concretamente al Vicepresidente Pablo Iglesias, recomendar sus recetas bolivarianas castrocomunistas y amenazar con nacionalizaciones y expropiaciones solapadas en el artículo 128 de la Constitución.

En sentido parecido se ha manifestado una importante ficha del PSOE, Josep Borrel, hoy Alto Representante de Política Exterior de la UE, quien ha afirmado en una entrevista concedida al diario El Mundo: “Aumentará la presencia del Estado en la economía de manera permanente y habrá más impuestos sobre el capital y sobre las grandes fortunas”

Este cocktail de estatismo, nacionalizador, tardo comunista y bolivariano, es todo lo contrario a lo que exigirá la recuperación de nuestro país, que lo primero que tendrá que hacer es ofrecer a los posibles visitantes las seguridades de haber eliminado la pandemia y, en cualquier caso, de estar dotados con los equipos y recursos sanitarios que garanticen que no se van a ver comprometidos en otra escabechina como la que hemos presenciado.

La estrategia para salir de este nuevo reto está en una línea totalmente contraria a lo que estas personas proponen y que ya vienen anunciando prestigiosos economistas:

1º.- Garantizar la propiedad privada como un derecho constitucional

2º.- Apoyo a la inversión nacional y extranjera, en un marco de libre mercado y apoyos financieros e incentivos a sus proyectos.

3º.- Reducir impuestos, incluso contemplar períodos de exención fiscal para los sectores más afectados o para los innovadores.

4º.- Reglas claras para el mercado laboral que garanticen su flexibilidad.

5º.-Apoyo a autónomos y al empresario nacional para favorecer su recuperación, nunca  sustituir su rol y si brindarle protección.

Sólo la elección de una estrategia acertada nos permitirá ver los “brotes verdes” en tiempo razonable, y los más importante, evitar los efectos de un eventual estallido social.

William Cárdenas Rubio-Vargas

CONSULTORES CÁRDENAS

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído