EFECTOS DEL CORONAVIRUS

El consumo de combustibles se desploma a niveles de la crisis del petróleo de 1973

Disminución de la contaminación en las ciudades por un menor uso de combustibles fósiles asociados al transporte

El consumo de combustibles se desploma a niveles de la crisis del petróleo de 1973

La situación de confinamiento a causa del coronavirus ha tenido un terrible impacto en el consumo de combustibles, que en algunos casos ha llegado a niveles de 1973.

Así lo afirma el análisis del Observatorio de la Sostenibilidad (OS), titulado ‘Efectos de la COVID-19 en el consumo de productos petrolíferos’, elaborado a partir de los últimos datos avanzados por la corporación CORES tutelada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, correspondientes al mes de marzo, y que incluyen las dos primeras semanas de confinamiento.

Según este informe, el coronavirus y el confinamiento han tenido un impacto «absolutamente inusual» en el mercado de combustibles, que ha provocado un ahorro en las importaciones y la salida de divisas, con la consiguiente parada casi absoluta del automóvil, del sector de la aviación y una disminución de la demanda energética que ha reducido la quema de gas, ha explicado Fernando Prieto, director del Observatorio de la Sostenibilidad.

Esto se ha traducido en una disminución de la contaminación en las ciudades por un menor uso de combustibles fósiles asociados al transporte, que ha propiciado “una mejora muy considerable” del aire en cuanto a niveles de NOx.

Ello ha motivado “un impacto positivo en la salud de las personas”, aunque, por el momento, será de forma “puntual”, mientras no se adopten medidas estructurales para mantener la reducción de las emisiones contaminantes, ha añadido.

Es muy complicado cuantificar, en estos momentos, el posible impacto en las emisiones de la drástica caída del consumo de productos petrolíferos, tanto en energía como en transporte, ha precisado el responsable de este laboratorio de ideas o «think tank» sobre sostenibilidad.

Las estimaciones son todavía preliminares porque persisten muchas incertidumbres sobre los tiempos y efecto global del confinamiento, aunque un hipotético parón total del transporte en el país, incluida la logística de camiones de mercancías, además de los vehículos en las ciudades durante todo un año, supondría en términos de emisiones de CO2 una reducción aproximada del 27 por ciento del total.

El consumo de la gasolina podría desplomarse el 70 %

De acuerdo a la inercia de lo ocurrido en la primera quincena de confinamiento y analizando el marco regulatorio con cierre de las actividades no esenciales, no se descarta que en abril apenas se haya consumido queroseno por la aviación, mientras que el de la gasolina podría desplomarse el 70 %, según el Observatorio de la Sostenibilidad.

En el caso de los gasóleos de automoción podrían alcanzarse niveles de febrero de 1998 y en el del total de gasóleos (incluyendo para calefacción y sector agrario) los de septiembre de 2001.

De acuerdo a los últimos datos oficiales, el promedio de las reducciones del consumo de productos petrolíferos en su conjunto por el parón selectivo del transporte por el confinamiento durante marzo fue de un 15 %, aunque se espera que el porcentaje se duplique en abril, mientras se mantiene la incógnita sobre qué pasará en meses sucesivos, en los que probablemente se recuperará la tendencia.

El efecto en las emisiones de gases de efecto invernadero depende de la reducción del uso de combustibles petrolíferos, la disminución del uso del carbón, la menor demanda de energía (alrededor del 25% en abril), la parada temporal de industrias no esenciales y por supuesto de la duración del confinamiento y la rapidez del rebote económico, insiste el responsable del OS.

De acuerdo a los últimos datos, en el caso de las gasolinas, el desplome del consumo en marzo fue del 34 %, hasta alcanzar unos niveles que no se registraban desde junio de 1973, explica el director del Observatorio de Sostenibilidad.

Con los querosenos, la caída del consumo ha sido del 43 %, hasta situarse en niveles de febrero de 1999, y con el gasóleo para automoción, desde febrero de 2002 no se había llegado a valores como los actuales, tras haberse pasado en marzo de casi 2 millones de toneladas a alrededor de 1,5 millones, con un desplome del 23 %.

El fuel oil -que se utiliza sobre todo para centrales térmicas en las islas- ha descendido un 37 %, mientras el conjunto de gasóleos -que incluye gasóleo para uso en el campo y calefacciones- ha caído un 8 %. En marzo, cayeron los consumos de todos los grupos de productos, a excepción del GLP (Gases Licuados del Petróleo), menos contaminante que la gasolina, que subió un 18,3 %

 

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