Los daños que ha dejado el coronavirus han ido más allá de la crisis sanitaria mermando la economía. Con un gran déficit y una deuda en niveles históricos desde principios del siglo pasado.
Por su parte, el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) -órgano especializado en fiscalidad del Consejo General de Economistas de España- ha presentado hasta sesenta recomendaciones dirigidas a empresas y asesores que incluyen cambios en el IRPF, IVA, IAE o IBI a fin de reducir el impacto económico de la pandemia, incrementar la seguridad jurídica y mejorar la lucha contra el fraude.
«No nos engañemos, España va a tener que hacer ajustes importantes. Cuanto más rápido nuestras administraciones digan cómo se llevará a cabo la reestructuración, antes se podrán prestar los mismos servicios o al menos intentarlos mantener. Cuanto más vivamos en la ficción de que todo sigue igual, peor será», de esta forma advertía Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas, el inmediato escenario de ajustes que afronta el país y que vendrá acompañado de una inevitable subida de impuestos, previsiblemente, para los meses después del verano.
Empeoramiento del PIB
Y es que según los últimos datos pubicados por Eurostat, España es el segundo país de la Unión Europea con mayor impacto económico en el primer trimestre del año.
En medio de esta situación, el Gobierno ya ha asegurado que trabaja en un nuevo marco fiscal que incluirá, entre otras decisiones, un tipo mínimo del 15% en el impuesto de sociedades y un impuesto a la banca cuya recaudación se destinará a la Seguridad Social.
Así pues, la presidenta de la AIReF, Cristina Herrero, ya auguró el empeoramiento del PIB, que podría caer más del 12% en el escenario más adverso previsto.
Todos los sectores se han visto fuertemente afectados. Uno de ellos, el turismo y la hostelería que a marchas forzadas tiene todos los ingredientes para continuar en preocupación.