Había que ver con cuánta indignación levantaban las manos y hacían temblar las manos señalando a la banca y a la clase política como responsables. Había que verlos.
«El problema de la demagogia es que vuelve, como la pelota del frontón, como los salivazos que se lanzan al cielo que se pretende asaltar», escribió Luis del Val.
“No se puede consentir que haya formaciones políticas en una democracia que le deban dinero a la banca o que haya un poder judicial que se tenga que poner de rodillas frente al poder económico», clamaba Pablo Iglesias.
Los españoles todavía no habíamos perdido la inocencia y nos creíamos la política de gestos, esos saltos de la rana de cara a la galería.
Podemos prometió poner de rodillas a la banca y ahora quienes hincan la rodilla son ellos para mantener sus poltronas, sus chalets y su nivel de vida de infarto.
Por cierto, lo mismo que prometía Pedro Sánchez en noviembre de 2018 no vender «en estos momentos» la participación del Estado en Bankia, con el fin de recuperar los 22.000 millones del rescate. Eso es lo que nos cuestan las mentiras de Sánchez.
Las mentiras de Sánchez nos cuestan 22.000 millones. pic.twitter.com/npINwJMuhG
— Luis Balcarce (@lbalcarce) September 7, 2020
Afortunadamente estaba Podemos para impedirlo. El azote del capitalismo depredador prometía en campaña electoral en 2019 que «si gobernamos, los bancos van a devolver euro por euro lo que costó el rescate a las familias». Pablo Iglesias era la alegoría de la dignidad frente a los buitres.
«¿Por qué ningún candidato recuerda que los bancos deben a la ciudadanía española 60.000 millones de euros? ¿Por qué ningún candidato recuerda que los bancos deben a la gente 3.000 millones en concepto de hipotecas? Qué humillación a la democracia española y al poder judicial, qué humillación que los poderes financieros en este país pongan de rodillas al poder judicial…
Acabamos de conocer la posible fusión de Bankia y CaixaBank. Es una noticia preocupante para la economía española, por los siguientes motivos:
— Nacho Álvarez (@nachoalvarez_) September 4, 2020
Para humillación, la de Podemos tragando con la traición de Nadia Calviño, que ni siquiera le pidió su opinión al podemita.
¡Pero si amenazaban con echar a José Ignacio Goirigolzarri!
«Es la rendición final del proyecto, disparan contra el 15-M», dicen desconsolados en Podemos. No se les veía tan apenados desde la compra del chalet de Galapagar.
«La sensación general es de impotencia y que la cúpula está “entregada” a los intereses de Sánchez. Los líderes de Podemos no protestan para no perder el cargo, en opiniones de estas fuentes», cuenta Luca Costantini en VozPopuli.
La realidad es dura, por más que Iglesias trate de maquillarla con eslogans y entrevistas amañadas en laSexta.
