Pinta fatal, aunque a Pedro Sánchez y sus compinches parece importarles un comino y su única preocupación real es manipular medios de comunicación, corromper instituciones y utilizar los bienes del Estado para intentar seguir en el poder, disfrutando de sus coches oficiales, sus sueldos públicos y privilegios.
El cóctel es perverso y esa mezcla entre pandemia de Covid-19 e ineptitud gubernamental resulta letal para la economía española.
Salvador Illa, el ministro de Sanidad menos cualificado de Europa, augura «seis meses muy duros» y «complicados».
La investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas Margarita del Val presagia que la próxima Navidad será, por «videollamada».
Por el momento, lo que nos viene encima son 6 meses más con bares cerrados, estadios vacíos y sin vacuna para el coronavirus, pero eso no es más que la punta del iceberg.
Es evidente que las llamadas a la responsabilidad individual para protegerse del Covid han fracasado.
El caudillo Sánchez en el club de la comedia. Vamos a contar mentiras, tra, la, ra… pic.twitter.com/9gxVcPU67O
— Rosa Díez (@rosadiezglez) October 15, 2020
No porque las haya desoído una mayoría de ciudadanos, sino porque ante el virus basta que no haga caso una minoría significativa, o incluso reducida, para que se extienda el contagio.
Ciertamente el que dio el primer paso en falso fue el presidente del Gobierno al dar al «bicho» por derrotado prematuramente con tal de salvar la temporada turística de verano, pero en la sociedad de la información todo el mundo tiene acceso a suficientes datos -incluida la evidencia de que Sánchez no es fiable- para hacerse cargo de las consecuencias de sus actos.
Y todos los organismos internacionales vaticinan índices de paro y cierres de empresas en proporciones pavorosas.
La segunda oleada de covid-19 y las medidas para contenerla están lastrando el consumo y la inversión.
A la gente le ha entrado de nuevo el miedo y en los hogares, por si acaso, vuelven a incrementar su ahorro.
Y como ya sucediera en la primera mitad del año, España sufrirá la contracción más aguda en la zona euro del PIB.
Gobierno de España…en la buena inversión! pic.twitter.com/nXUypaFW5e
— liusivaya (@liusivaya) July 22, 2020
Economías como Francia, Países Bajos o Portugal también volverán a contraerse, aunque en menor medida, porque España es más vulnerable y depende mucho más que nuestros homólogos europeos de las ramas del sector servicios que requieren de mayor contacto social (hostelería, ocio, turismo, transporte…).
(I)
Entre el modelo de estado que propugna este gobierno y que invita al nacionalismo insolidario y al centrifuguismo, y un modelo centrípeto como el francés, me quedo con este último.— Marcos de Quinto (@MarcosdeQuinto) October 17, 2020
Ya en el primer trimestre, el PIB nacional retrocedió un 5,2%, solo superado por las contracciones de Francia (-5,9%) e Italia (-5,5%).
(III)
Entre los países en los que mentir se convierte en algo aceptable -algo a los que quiere acostumbrarnos este gobierno-, y aquellos, como Alemania, en el que el mero hecho de plagiar unos párrafos en una tesis es motivo de dimisión vergonzante, me quedo estos últimos.— Marcos de Quinto (@MarcosdeQuinto) October 17, 2020
En el segundo trimestre, con los confinamientos más estrictos hasta la fecha, la economía española se desplomó un 17,8% respecto al trimestre anterior, superando la caída del PIB francés (-13,8%) e italiano (13%).
El tercer trimestre, con el verano por medio, resultó engañoso, porque hubo cierto crecimiento, pero volvemos a las andadas.
Los expertos parecen ya resignados a que la vuelta a los niveles de PIB previos a la pandemia, no sea antes de 2024.
Y hasta entonces, con Sánchez, Iglesias, Rufián, Monedero, Montero y sus compinches, mandando en España.