“Nuestro reto es que Santander, un banco del siglo XXI, siga liderando la banca del futuro. Y nuestra sede tiene que ser un reflejo de ello; de nuestra capacidad de innovación, de nuestra modernidad, de nuestro foco en las personas, al tiempo que de nuestra historia y de nuestras raíces; local y global”. Con estas palabras Ana Botín, presidenta de Banco Santander, anunciaba a comienzos de año el inicio de las obras del edificio de Paseo de Pereda, la histórica sede social del grupo financiero en la ciudad de Santander cuyo orígen se remonta a 1795. El banco cuenta para este proyecto con el prestigioso arquitecto británico David Chipperfield, conocido, entre otros trabajos, por la ampliación de la Royal Academy de Londres y la remodelación de la isla de los museos de Berlín.
Este edifico se abrirá al público y albergará la Casa Museo, donde se exhibirán más de un millar de piezas de la colección de arte privada del grupo: obras de El Greco, Rubens, Picasso, Van Dyc, Chillida, Sorolla o Miró, entre otras, y la mejor colección del mundo de Gutiérrez Solana. Este recorrido artístico desde el siglo III a. C. hasta la actualidad se completará con otras exposiciones temporales de colecciones privadas y museos internacionales de prestigio.
El característico arco central será el elemento vertebrador de todo el inmueble que, abierto a los visitantes, contará además con un auditorio, una terraza-mirador y un área de eventos para la «interacción con la sociedad», con varias salas donde se celebrarán actividades formativas y culturales. La tecnología tendrá, junto con el arte, un protagonismo central en este espacio.
Según explica Chipperfield en un vídeo que recorre con imágenes el diseño del proyecto, la tradicional apariencia cerrada y segura del edificio -dada su naturaleza bancaria- se transformará para crear un espacio público “donde el icónico arco señalará el punto en el que la ciudad se entrelaza con el nuevo propósito e identidad del edificio”. En opinión del arquitecto, “las instalaciones incorporadas, además de las galerías de exposiciones, como el salón de actos polivalente, la librería y cafetería, así como la terraza de acceso público, garantizarán que el edificio se convierta en un lugar de encuentro para la ciudad y un nuevo destino para los visitantes”. “El arco y la nueva terraza y pabellón se convertirán en la atracción más importante del proyecto, permitiendo vistas desde y hacia el edificio (…). Celebrando la conexión entre la ciudad y la bahía, y la transformación del banco en una de las mayores atracciones de Santander”.
La nueva sede territorial del banco
En cuanto al inmueble de la calle Hernán Cortés, la remodelación corre a cargo de los arquitectos sevillanos Antonio Cruz y Antonio Ortiz, cuyo reputado estudio ha sido el responsable de la restauración del Risjksmuseum en Holanda, las estaciones de ferrocarril de Basilea y Sevilla o el diseño del Wanda Metropolitano de Madrid. Lo que en su origen fue el Banco Mercantil se convertirá en la nueva sede territorial del banco. Obra del arquitecto Casimiro Pérez de la Riva, data de 1900 y se caracteriza por una mezcla de diferentes estilos arquitectónico, aunque predomina el neobarroco francés. El interior conserva la estructura de columnas de fundición original y un patio octogonal en el centro.
El proyecto contempla recuperar el valor patrimonial del inmueble y, al mismo tiempo, adecuarlo a las nuevas necesidades del banco. Tras la reforma, la planta baja y el semisótano acogerán una sucursal abierta al público; mientras que las plantas superiores estarán destinadas a oficinas administrativas de la entidad financiera. La cubierta será un espacio multifuncional para los profesionales del banco, además de mirador para disfrutar de las vistas de la ciudad. La nueva estructura garantiza una visión abierta y completa del patio.
El edificio de Hernán Cortés, con una estructura abierta desde el sótano hasta la cubierta, contará con una moderna oficina para los clientes y un mirador.
“El principal interés del edificio está en su fachada y en su estructura de elementos de fundición muy ordenada y exacta, correspondiente al momento de su construcción. La subdivisión en tres estratos horizontales desaparece e insistimos en una apertura general desde abajo hasta arriba, desde el sótano hasta la cubierta, basándonos en una estructura muy clara, la estructura de columnas de fundición”, señalan los responsables del proyecto, que aseguran que los clientes encontrarán “una oficina muy especial y atractiva”.
Tanto el proyecto de Paseo de Pereda como el de la calle Hernán Cortés reflejan el compromiso del banco con el medioambiente y la lucha contra el cambio climático. Ambos edificios están diseñados para ser sostenibles y energéticamente eficientes, y cuentan con la certificación internacional BREEAM de “excelente” que acredita a los edificios como sostenibles a nivel mundial, tanto en su construcción como en su explotación, minimizando así el impacto ambiental. El plazo de ejecución de los proyectos será de 36 meses para el inmueble del Paseo de Pereda, y de 20 meses para el de Hernán Cortés. La inversión rondará los 60 millones de euros. Para la ejecución de la reforma se contará con la participación de empresas cántabras y se estima que trabajen una media de 150 personas, además de crear otros 50 empleos directos para la explotación de ambos edificios.
“Debemos ser capaces de combinar nuestra tradición con el cambio, como siempre lo hemos hecho”, subrayó la presidenta del banco durante la presentación de los proyectos. El objetivo es que pasado, presente y futuro puedan convivir en un mismo espacio, convirtiendo a estos dos edificios en un referente cultural, intelectual e institucional de la ciudad de Santander y de Cantabria, que contribuya a favorecer su progreso económico y cultural. “En Santander apostamos por la innovación y la transformación. Y queremos trasladar estos valores a nuestros edificios y sedes, nuestra seña de identidad, para que reflejen el banco que somos. Un banco moderno e innovador, que apuesta por la transformación”, añaden desde la entidad.