Vuelve la pesadilla. Ha hablado Ursula von der Leyen y en La Moncloa, donde el tramposo Pedro Sánchez lleva muchos meses lanzando al aire ilusorias mentiras sobre la economía, comienza el llanto y el crujir de dientes.
La presidenta de la Comisión Europea ha pedido a la ciudadanía «prepararse para lo peor» por la aparición de la variante ómicron del coronavirus detectada en Sudáfrica y varios países europeos.
«Nos tomamos muy en serio esta variante ómicron y sabemos que estamos en una carrera contra el tiempo».
Eso ha afirmado Von der Leyen este 29 de noviembre de 2021, durante su visita a Letonia.
Varios países han decidido cerrar del todo el tráfico aéreo internacional, como Japón, Israel o Marruecos, ante el avance imparable de la nueva variante. Sin embargo, la OMS ha explicado que no existen aún indicios de que la omicrón provoque más casos graves de covid-19 o con síntomas que resulten diferentes a los de otras cepas anteriores.
Mientras, en España la incidencia de la covid continúa en aumento, con casi 10.000 nuevos casos diarios, aunque la preocupación también se centra en la nueva variante que ha obligado a restringir la actividad en tantos países.
PREVISIONES ECONOMICAS A LA BAJA
La presión que están ejerciendo las últimas actualizaciones dentro y fuera de España, sumadas al encarecimiento de la energía, los problemas de suministros y de transporte y el encarecimiento de los costes de producción y de la materias primas -que han elevado la inflación hasta el 5,4%- pesan como una losa para que el Ejecutivo prepare ya una rectificación, al menos de manera interna «sin anuncio oficial», para evitar «problemas y pánicos innecesarios».
Sin embargo, la aparición de la nueva variante surafricana del coronavirus puede hacer saltar por los aires incluso la peor de las previsiones y forzar una rectificación a la baja o, al menos, a «ajustar los objetivos económicos a la nueva situación, incluida la rebaja de la deuda y el déficit, que son la verdadera prioridad, no si bajamos o no la previsión», inciden estas fuetes.
Desde el Ministerio de Asuntos Económicos siempre han esgrimido los llamados «indicadores de alta frecuencia», datos como los gastos con tarjeta bancaria, la afiliación diaria a la Seguridad Social y otros indicadores semanales o mensuales que «permiten observar la evolución económica a corto plazo», y en esos indicadores «nos basamos para mantener nuestra previsión».
Sin embargo, la propia Calviño admitió la semana pasada que el Gobierno está «revisando las previsiones económicas cada día»:
«Lo importante es tener una perspectiva lo más sólida posible. Podemos estar discutiendo de cifras, pero yo no creo que eso vaya a cambiar la realidad, que no es otra que una recuperación fuerte en marcha, con unos Presupuestos que nos dan estabilidad».