Ignacio Galán ha obtenido la friolera del 98% de apoyo de los accionistas de Iberdrola

¡Matad a Iberdrola! (tras recibir Galán el 98% de apoyo de los accionistas)

ra eléctrica europea, la primera o segunda empresa más grande de España y la firma de mayor prestigio mundial en la producción de energía eléctrica renovable

¡Matad a Iberdrola! (tras recibir Galán el 98% de apoyo de los accionistas)

“¡Matad a Iberdrola!”, gritan las ministras de Podemos tras frotarse los ojos tras este aplastante refrendo. Los populistas que quieren meterle un impuesto adicional a las eléctricas por sus grandes beneficios saben, como toda España, que Iberdrola ha visto disminuidos sus resultados por la carestía del gas y por las ocurrencias del Gobierno saliente. Y toda España sabe que son las que venden el petróleo y el gas, no quienes lo compran, las que se están forrando (Repsol ha multiplicado por dos sus beneficios). ¿Qué oscuro interés tienen los ministros de Podemos para defender a los que se están forrando, incluso mantienen a sus consejeros de asesores en el ministerio, y tratan de matar a los que ven recortados sus beneficios como Iberdrola en España? (Natalia Fabra es consejera de Enagás y asesora del ministerio de Transición y del ministerio de Economía).

¡Matad a Iberdrola!, ¡pónganle un impuestos especial añadido para reducir sus beneficios caídos del cielo que no existen! ¡Exprópiese! Todo para el pueblo pero que lo gestione Ione Belarra.

¿De qué se le acusa al reo vasco? ¿De haber obtenido unos resultados extraordinarios por las inversiones en Brasil y en EEUU que compensan las pérdidas en España provocadas por la carestía del gas y las ocurrencias del Gobierno? Lo saben y mienten los responsables públicos que dicen que los beneficios de Iberdrola los pagamos todos los españoles en la factura de la luz. Mienten a sabiendas que es prevaricar si sustentan en ello un impuesto extraordinario.

Habría que condenar a Galán, en todo caso, por haber multiplicado por siete el tamaño de la compañía vasca desde que él la dirige siendo hoy por hoy la primera eléctrica europea y la empresa más grande de España.

Motivo por el cual, por cierto, y esa debe ser otra acusación de la checa de Pablo Iglesias, ha distribuido el mayor dividendo a sus accionistas de la historia del grupo lo cual ha generado el mayor número de titulares de prensa en la siempre aburrida crónica de las Juntas.

Claro que hemos ganado todos. En todo caso, entiéndase la ironía, debiera ser condenado Galán y su séquito porque en 2021 ingresó en la hacienda pública de todos los países donde opera, incluido España, la friolera de 7.836 millones de euros. Una cifra que representa el 42% de su beneficio antes de impuestos. ¿No decían que las empresas del IBEX no pagaban impuestos?

Mira tú por donde con ese dinero se podían haber construido 50 hospitales: ¡cincuenta! O también se podrían construir tres mil colegios públicos. Porque aportar ocho mil millones a la Administración Pública no es moco de pavo.

Lo mismo habría que hacerle un juicio sumarísimo a Iberdrola por haber invertido 9.940 millones de euros en 2021, un 3% más que el año anterior, logrando poner en marcha 3.500 megavatios verdes en 2021 (7.800 MW están en construcción).

Inversiones que han dado empleo a 400.000 personas, directa e indirectamente, en todo el mundo. Aumentando el pasado año en 5.600 nuevos puestos de trabajo hasta llegar a tener 40.000 trabajadores en plantilla. ¡Que le maten!, ¡que maten a Galán!, ¡que maten a Iberdrola!

Que el 98% de loso 600.000 accionistas avalen su gestión es, ciertamente, para matarlo (léase en sentido figurado). Que en la Junta del pasado viernes se haya obtenido un quórum del 72% dice mucho de una compañía que forma parte de la historia de España. Y que su presidente se vea respaldado por el 98% de los accionistas ni les cuento.

Lo mismo a los directivos de Iberdrola habría que matarles por vender casi 40.000 millones de euros el pasado año 2021. A Galán por haber obtenido un beneficio operativo de 12.006 millones de euros (a pesar de las pérdidas en España). ¡A quién se le ocurre tener un beneficio neto de 3.855 millones de euros! (un 8% más que el año anterior).

Ojo que Galán ha prometido llegar a los 4.200 millones de esos beneficios pero para 2022. Y más empleo. Y más dinero para las arcas públicas en forma de impuestos. ¡No puede ser!, ¡matad a Galán!, ¡matad a Iberdrola!

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