¿Un giro en la guerra comercial?

China recorta los tipos de interés para contrarrestar la presión de EE. UU.

El Banco Popular de China lanza una batería de estímulos monetarios para afrontar las nuevas tensiones arancelarias y anticiparse a las negociaciones comerciales con Estados Unidos

Yuan chino
Yuan chino. PD

La escena económica internacional ha vuelto a girar hacia China.

A tan solo días de una nueva ronda de negociaciones comerciales con Estados Unidos en Suiza, las autoridades chinas han desplegado un paquete de estímulo monetario que, lejos de ser rutinario, apunta a contener los daños colaterales de la escalada arancelaria y enviar un mensaje claro a los mercados y al gobierno estadounidense: Pekín está dispuesto a intervenir activamente para estabilizar su economía y proteger sus intereses estratégicos.

El Banco Popular de China (PBOC), junto a otros reguladores financieros, anunció este miércoles, 7 de mayo de 2025, una batería de medidas que incluyen recortes en los tipos de interés y una inyección masiva de liquidez en el sistema bancario.

Estas decisiones buscan suavizar el impacto negativo derivado del endurecimiento de la guerra comercial, apuntalar la confianza del mercado y ofrecer oxígeno a sectores clave como el tecnológico y el inmobiliario.

Las claves del paquete monetario: liquidez, tipos bajos y apoyo selectivo

Las medidas se han presentado en una rueda de prensa conjunta entre el PBOC, la Administración Nacional de Regulación Financiera y la Comisión Reguladora de Valores. Destacan:

  • Reducción del coeficiente de reservas obligatorias (RRR): Baja del 0,5% para bancos comerciales, liberando aproximadamente 1 billón de yuanes (unos 138.000 millones de dólares) en liquidez a largo plazo.
  • Recorte del tipo repo a 7 días: De 1,5% al 1,4%, el primer ajuste desde septiembre de 2024. Se espera que esta rebaja arrastre también el tipo preferente para préstamos bancarios (LPR), facilitando el acceso al crédito tanto para empresas como consumidores.
  • Reducción específica para pymes y sectores estratégicos: Recorte adicional del 0,25% en líneas especiales para agricultura, pequeñas empresas e innovación tecnológica.
  • Apoyo al sector inmobiliario: Rebaja del 0,25% en las hipotecas concedidas mediante el fondo público nacional, situando el tipo a cinco años en el 2,6% frente al anterior 2,85%.
  • Refuerzo para la innovación: Ampliación en 300.000 millones de yuanes los fondos disponibles para proyectos tecnológicos e industriales avanzados.

Este enfoque selectivo revela una doble estrategia: amortiguar los efectos inmediatos del conflicto comercial y preparar el terreno para una recuperación basada en sectores clave para el futuro económico chino.

Impacto inmediato: reacción del yuan y expectativas del mercado

La respuesta no se ha hecho esperar. El yuan experimentó una ligera depreciación frente al dólar tras conocerse las medidas—una reacción lógica ante los recortes de tipos—pero se mantiene dentro del rango previsto por las autoridades chinas. El movimiento sugiere que, aunque existe cierta presión bajista sobre la moneda, la fortaleza reciente ha permitido a Pekín relajar la política monetaria sin temer grandes fugas de capital ni desestabilización cambiaria.

Los analistas internacionales interpretan este estímulo como un movimiento “táctico”, cuidadosamente calibrado para evitar una depreciación desordenada del yuan mientras se responde a la presión arancelaria estadounidense. El hecho de que los tipos hayan bajado justo antes del encuentro bilateral subraya la voluntad china de llegar a la mesa con un colchón financiero reforzado y mayor margen para resistir posibles nuevas rondas arancelarias.

Objetivos declarados: sostener empleo y consumo interno

El paquete anunciado no solo busca blindar los mercados financieros. En un contexto donde muchas pymes exportadoras sufren por los elevados aranceles estadounidenses y donde persisten ciertas dudas sobre la recuperación del consumo interno tras años marcados por la pandemia, Pekín ha puesto especial énfasis en:

  • Mantener estables los niveles de empleo.
  • Proteger a las empresas más vulnerables.
  • Estimular el consumo doméstico como pilar alternativo ante el deterioro externo.

En palabras del gobernador Pan Gongsheng, “la prioridad es garantizar que la economía real reciba apoyo suficiente para mantener su dinamismo innovador e industrial”.

Perspectivas globales: señal política antes del diálogo

El momento elegido para este despliegue no es casual. Los principales líderes chinos son conscientes de que cualquier debilidad financiera interna puede ser utilizada como argumento por sus interlocutores estadounidenses. Con esta maniobra, China busca enviar dos mensajes:

  • A sus propios empresarios e inversores: hay respaldo institucional firme ante cualquier sacudida externa.
  • A Washington: China sigue contando con herramientas potentes para amortiguar los golpes económicos derivados del conflicto comercial.

Además, se trata también de anticipar posibles turbulencias globales si las negociaciones no prosperan o si se produce una nueva escalada proteccionista.

¿Qué puede esperar Europa y América Latina?

Aunque el foco mediático está puesto en el pulso entre Pekín y Washington, otros actores internacionales siguen con atención estos movimientos. Una China más proactiva en política monetaria podría:

  • Reforzar sus importaciones desde países emergentes si busca diversificar proveedores.
  • Presionar indirectamente sobre otras divisas emergentes si aumenta la volatilidad financiera global.
  • Influir en los flujos comerciales globales mediante incentivos específicos a sectores estratégicos.

Por tanto, lo que ocurre entre Suiza y Pekín tiene eco directo e indirecto en las economías europeas y latinoamericanas, especialmente aquellas integradas en cadenas globales ligadas al gigante asiático.

En síntesis

La decisión china supone un giro relevante dentro de la guerra comercial con Estados Unidos. No solo responde a urgencias coyunturales sino que anticipa una fase donde política monetaria táctica y estímulos sectoriales serán herramientas centrales para navegar entre las aguas turbulentas del comercio internacional actual. Con este movimiento, China demuestra que sigue apostando por una economía abierta pero bajo sus propios términos—y siempre lista para intervenir cuando los vientos soplan en contra.

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