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Cambios fiscales en los alquileres familiares en 2025

Sánchez ataca con una batería de impuestos a los propietarios de vivienda que alquilan a familiares

El Gobierno restringe las ventajas fiscales para quienes arriendan su vivienda a familiares, endureciendo el control y limitando la reducción en el IRPF

Manuel Trujillo 24 May 2025 - 10:01 CET
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La campaña de la Renta 2024-2025 ha llegado con novedades que afectan de lleno a los pequeños propietarios.

En los últimos meses, el Gobierno Sánchez ha introducido cambios relevantes en la fiscalidad de los alquileres, especialmente en aquellos casos en los que la vivienda se arrienda a un familiar.

Estas modificaciones han generado inquietud entre quienes venían utilizando esta fórmula como vía legítima de ahorro y apoyo familiar.

La nueva normativa no solo recorta las reducciones fiscales que podían aplicarse sobre los rendimientos del alquiler, sino que también incrementa la vigilancia sobre estos contratos, obligando a que las condiciones sean similares a las de mercado.

El objetivo, según el marido de Begoña, es evitar el uso fraudulento de los beneficios fiscales y garantizar que estas operaciones no se utilicen para reducir artificialmente la carga tributaria.

Claves de la reforma fiscal

Hasta ahora, alquilar una vivienda a un familiar podía resultar atractivo para el propietario. Bastaba con fijar una renta ajustada y cumplir con los requisitos legales para disfrutar de importantes deducciones en el IRPF. Sin embargo, con la entrada en vigor de las nuevas medidas, el escenario cambia drásticamente:

Cómo afecta al bolsillo del propietario

El impacto práctico es considerable. Pongamos como ejemplo un propietario que alquila su piso a su hijo por 800 euros mensuales cuando el precio medio en esa zona es de 1.100 euros. Con la anterior normativa podía aplicar la reducción del 50% sobre el rendimiento neto. Ahora, salvo que demuestre que ese precio es el habitual de mercado —algo poco probable— perderá ese derecho y tributará íntegramente por los ingresos obtenidos.

Esto supone:

Reducciones e incentivos solo para alquileres convencionales

La ley sigue permitiendo ciertas bonificaciones a quienes alquilan en condiciones específicas:

Sin embargo, estos porcentajes dejan de aplicarse automáticamente cuando hay relación familiar directa y no se cumplen escrupulosamente las condiciones exigidas por Hacienda.

Contexto: lucha contra el fraude y presión sobre los propietarios

La medida forma parte de una estrategia más amplia por parte del Gobierno para controlar mejor el mercado inmobiliario. En paralelo, Pedro Sánchez ha propuesto endurecer los impuestos sobre viviendas vacías o turísticas y limitar las deducciones solo a quienes contribuyan realmente al acceso asequible a la vivienda. El Ejecutivo busca así:

Reacciones y consecuencias

Estas novedades han generado descontento entre asociaciones de propietarios e intermediarios inmobiliarios. Argumentan que penalizar fiscalmente a quienes ayudan a sus familiares limita su libertad patrimonial y puede provocar efectos indeseados:

Desde Hacienda insisten en que solo buscan evitar abusos: “El arrendamiento debe ser real y estar sujeto a condiciones normales; lo contrario sería injusto respecto al resto de contribuyentes”, afirman fuentes oficiales.

¿Qué puede hacer el propietario?

Para evitar problemas fiscales, los expertos recomiendan:

En definitiva, el Gobierno Sánchez ha endurecido notablemente las condiciones para quienes arriendan su vivienda a familiares, eliminando incentivos fiscales salvo que se demuestre plena normalidad en el contrato. La medida busca reducir fraudes pero añade presión fiscal y administrativa sobre pequeños propietarios. El efecto real sobre el mercado —y sobre las relaciones familiares— está aún por verse, pero todo apunta a una menor flexibilidad para usar el patrimonio familiar como vía legítima de apoyo entre generaciones.

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