El comercio transatlántico en vilo por la amenaza de nuevos aranceles

Cuenta atrás para el 9 de julio: la Unión Europea y Trump tensan el pulso arancelario ante el inminente fin de la tregua

La inminente imposición de tarifas amenaza con reavivar una guerra comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea

Trump vs Von der Leyen
Trump vs Von der Leyen. PD

El reloj avanza y la expectación crece en Bruselas y Washington.

Este 9 de julio de 2025 expira la tregua arancelaria concedida por la administración de Donald Trump a la Unión Europea, abriendo la puerta a una posible escalada en la guerra comercial transatlántica.

Las negociaciones, lejos de un acuerdo sólido, están encalladas y la amenaza de gravámenes de hasta el 70% sobre productos europeos no solo inquieta a los gobiernos, sino también a los mercados y al tejido empresarial en ambos continentes.

Un escenario marcado por la incertidumbre

La situación es especialmente delicada.

La inflación sigue presionando tanto en Estados Unidos como en Europa, mientras la fragmentación geopolítica complica cualquier atisbo de entendimiento. El volumen de relaciones comerciales entre ambos bloques ronda los 1,5 billones de euros anuales, lo que convierte a este pulso en un asunto central para la economía global.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha reconocido públicamente la dificultad de cerrar un acuerdo detallado en tan poco tiempo:

“Con el mayor volumen de comercio bilateral del mundo, un pacto en detalle en 90 días es imposible. Un acuerdo de principio, como el alcanzado con el Reino Unido, es nuestro objetivo”.

Por ahora, Bruselas estaría dispuesta a aceptar un arancel base del 10% a cambio de una prórroga hasta septiembre y exenciones parciales para sectores sensibles como automóvil, acero y aluminio.

Cronología y contexto: cómo hemos llegado aquí

  • En marzo, tras su regreso a la Casa Blanca, Trump reactivó aranceles del 25% sobre acero y aluminio europeos.
  • El 2 de abril llegó el “Día de la Liberación”, con anuncios de tarifas generalizadas para decenas de países.
  • El 10 de abril se concedió una tregua: aranceles recíprocos reducidos al 10% durante 90 días para facilitar negociaciones bilaterales país por país.
  • A finales de mayo Trump amenazó con elevar al 50% los aranceles sobre productos europeos. Tras una conversación con von der Leyen, pospuso esa subida hasta el 9 de julio.
  • Ahora, con las conversaciones estancadas y sin avances concretos en el borrador remitido desde Washington, todo apunta a que este miércoles será decisivo.

¿Qué implica el fin de la tregua?

Si no hay acuerdo antes del miércoles, Estados Unidos activará automáticamente los nuevos gravámenes. Trump ya ha firmado cartas oficiales dirigidas a una docena de países, incluida toda la Unión Europea, detallando los importes y productos afectados. Se espera que estos aranceles impacten especialmente:

  • Productos industriales (acero y aluminio)
  • Automóviles
  • Bienes agrícolas
  • Productos tecnológicos

Esta medida puede acarrear subidas tarifarias del 25% al 70%, según las amenazas recientes del presidente estadounidense. Además, sectores sensibles como el vino, los lácteos o las bebidas alcohólicas —que ya estuvieron amenazados anteriormente— podrían volver a estar en el punto de mira si se agrava el conflicto.

Reacción europea: entre el temor y la búsqueda de alternativas

La tensión es palpable en las capitales europeas. Según datos recientes, casi la mitad del sector industrial español (44,7%) teme que esta nueva oleada proteccionista afecte sus negocios, mientras un 40% ya explora proveedores alternativos fuera del mercado estadounidense ante posibles represalias.

El bloque europeo baraja varias estrategias:

  • Negociar prórrogas bilaterales sectoriales con Washington.
  • Preparar contramedidas por valor cercano a 100.000 millones de euros sobre bienes estadounidenses.
  • Buscar acuerdos puntuales para exenciones temporales en automoción y metales.

Sin embargo, fuentes comunitarias reconocen que hasta ahora no ha habido avances sustantivos: “El borrador más reciente enviado por Washington no incluye concesiones importantes”, señalan desde Bruselas. La posibilidad realista pasa por un “acuerdo mínimo” que permita ganar tiempo hasta septiembre.

Impacto global: mercados nerviosos y riesgo sistémico

Los mercados bursátiles ya reflejan esta inquietud:

  • Caídas generalizadas en las bolsas europeas: Madrid (-1,4%), Milán (-0,8%).
  • Inquietud entre inversores internacionales ante un posible contagio al resto del comercio mundial.

El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, ha dejado claro que solo algunos países podrían lograr prórrogas hasta septiembre si cierran acuerdos bilaterales concretos. Para todos los demás —incluida previsiblemente toda la UE— los nuevos aranceles entrarían en vigor automáticamente desde el jueves o a más tardar el 1 de agosto.

El trasfondo político y geoestratégico

Este pulso comercial no se entiende sin atender al clima geopolítico actual:

  • La Casa Blanca busca reforzar su posición negociadora ante socios asiáticos (China y Vietnam han cerrado acuerdos recientes con aranceles específicos).
  • La UE intenta evitar un escenario similar al vivido durante el primer mandato de Trump —cuando las represalias cruzadas costaron miles de millones a exportadores e importadores—.
  • El proteccionismo vuelve a estar en el centro del tablero internacional.

La negociación encallada evidencia que ni Washington ni Bruselas quieren ceder terreno estratégico en vísperas electorales o ante sus respectivas opiniones públicas.

¿Qué esperar tras el 9 de julio?

Salvo giro inesperado en las próximas horas, todo apunta a que entramos en una nueva etapa marcada por:

  • Incremento inmediato de barreras comerciales
  • Posibles represalias cruzadas
  • Reajustes en las cadenas globales de suministro
  • Mayor volatilidad financiera

En definitiva, lo que está en juego va mucho más allá del intercambio bilateral: se trata del futuro marco normativo del comercio internacional entre dos bloques cuya relación —por volumen e influencia— determina buena parte del crecimiento global.

Los próximos días serán clave para saber si Estados Unidos y Unión Europea logran evitar una guerra comercial abierta o si se impone una nueva era marcada por muros tarifarios y desconfianza mutua.

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