En el último año, las exportaciones españolas han registrado un descenso del -3,4% en términos nominales y del -1,7% en términos reales. Al mismo tiempo, el IPC acumula un crecimiento del 5%, lo que provoca una brecha aún mayor entre los datos “oficiales” y lo que realmente ocurre en la economía.
Esa divergencia refleja cómo el relato estadístico suaviza el golpe, mientras la realidad es que nuestras empresas exportadoras están vendiendo menos y perdiendo margen frente a la competencia internacional.
El resultado es una economía más débil y dependiente, que se esconde detrás de ajustes contables y titulares optimistas.
Hoy desgranamos la diferencia entre lo que dicen los informes y lo que muestran las cifras crudas: España no está exportando más, está exportando menos y en peores condiciones.